Hace casi un año atrás, Generación Zoe se derrumbó como un castillo de naipes. Lo que comenzó con denuncias en redes sociales por una supuesta "estafa piramidal" terminó con la detención de su líder Leonardo Cositorto y los principales referentes de la firma.

El complejo entramado quedó expuesto, principalmente, por la investigación llevada adelante en la localidad de Villa María, Córdoba, en el marco de una causa por presunta “asociación ilícita y estafas reiteradas”. A este expediente se le suman otros similares en Salta, Corrientes, Mendoza y Santa Fe.

Sin embargo, la firma tenía sus oficinas principales en la ciudad de Buenos Aires, ubicadas en los barrios porteños de Núñez y Villa Crespo. Estas sucursales fueron “vaciadas” y cerraron sus puertas de forma intempestiva tras conocerse el avance de la investigación judicial, dejando sin respuesta a los miles de damnificados que les confiaron sus ahorros con la promesa de recibir generosos intereses mensuales, tanto en pesos como en dólares.

En este lugar los testigos afirman haber visto “fajos de dólares” apilados en los escritorios y apoyados en el piso por la falta de espacio. Hasta la fecha no se sabe el monto final de la estafa, pero los especialistas hablan de cifras millonarias.

En este escenario, las denuncias por estafa se multiplicaron en CABA y las causas se unificaron en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°1, pero su magistrado remitió toda la investigación al Juzgado Criminal y Correccional Federal N°4, de Ariel Lijo.

El juez federal tiene a su cargo varios expedientes, entre los que se destaca una pesquisa por presunto lavado de dinero del holding. Lijo entendió, sin embargo, que los hechos investigados en ambos procesos “son distintos y escindibles entre sí”, por lo que devolvió la causa.

Días atrás, la Cámara del Crimen insistió con su postura sobre la intervención del fuero federal y así se trabó una contienda de competencia. Ahora, el máximo tribunal tendrá la última palabra. Mientras tanto, el Juzgado Nacional deberá “continuar en el conocimiento del caso”, según informaron fuentes judiciales.

De vuelta a las andanzas: Cositorto lanza otra plataforma piramidal y víctimas piden justicia

All Us Education, el nuevo Zoe

Cositorto pasa sus días en el penal de Bouwer, donde se alojan otros 2000 internos. Desde la cárcel, el líder de Generación Zoe impulsa otra “plataforma” denominada All Us Education, que será lanzada oficialmente este sábado.

“Pueden sumarse a esta tremenda oportunidad. Es el momento justo para sumarse con un plan de referidos y un sistema de Network Marketing”, detalló Cositorto en un audio de WhatsApp, mientras de fondo se escucha el altavoz del penal donde se encuentra detenido.

Tweet de Javier "oráculo" Smaldone

En la nueva “plataforma educativa” –muy similar a Zoe-, Cositorto promete “ingresos extraordinarios” por el pago de cuotas bimestrales en dólares – que van de US$6 a US$10- o su “equivalente al cambio informal”. Cada alumno debe invitar a otros para cobrar comisiones: “Pagamos nada al lado de lo que vamos a recibir. Es una oportunidad de negocios”.

“All Us Education es una empresa que provee un producto educativo el cual puede ser comercializado por nuestros alumnos, obteniendo por ellos una ganancia que será pagadera a partir de un cúmulo de comisiones por ventas; aplicamos el modelo legal de Marketing por referidos”, señala la firma en su web y advierte: “No es un agente de liquidación ni de compensación, no es agente de negociación propio, no es agente de colocación, ni de distribución integral de fondos comunes de inversión”.

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Esta no es la primera vez que Cositorto intenta reemplazar el sistema de Generación Zoe. En marzo último y cuando aún se encontraba prófugo de la justicia, el CEO lanzó una plataforma virtual llamada "Sunrise", otro esquema Ponzi.

“No quiero que nadie más pase por lo mismo que yo”

En octubre de 2021, Karina se acercó personalmente a la oficina de Zoe, ubicada en Crisólogo Larralde al 1800, para invertir los ahorros familiares. Al igual que otras personas buscaba proteger su dinero frente a la creciente inflación y, además, obtener una ganancia.

Tenía varios proyectos: su madre debía someterse a una cirugía en marzo, se iba a casar al mes siguiente y hasta había señado un lote. Pero en enero, la firma suspendió los pagos. “Los líderes decían que no había plata, pero entraron cuatro tipos armados a la oficina de Núñez y se llevaron US$ 80.000”, relató a Data Clave su vivencia del día de la “caída” de Zoe.

Por su situación personal, Karina fue incluida en una supuesta “lista de prioridad” para el pago, pero jamás la llamaron y debió sacar un préstamo bancario para afrontar la operación de su madre. “Estaba destruida económicamente. No tenía respaldo de nada y estaba psicológicamente devastada”, explicó y resaltó: “Nunca estuvieron dispuestos a devolver el dinero”.

El duro relato de Karina es la historia de cientos de familias en todo el país. “En mi vida nadie pudo llevarme tan a fondo como me llevó este tipo”, dijo.

Aunque perdió todo lo invertido –alrededor de US$ 45.000-, Karina decidió encabezar junto a otros damnificados una movilización al Palacio de Justicia: “No quiero que nadie más pase lo mismo que yo. Necesito Justicia”.

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