La causa que investiga una posible red de espionaje ilegal que se habría montado durante el gobierno de María Eugenia Vidal desde Asuntos Internos, de la mano de su titular, Guillermo Berra, sumó un nuevo capítulo este jueves, con la declaración del principal imputado ante la justicia.

Berra y su pareja, Rosario Sardiña también ex funcionaria de la dependencia, son acusados por los delitos de abuso de autoridad y peculado. La principal prueba que esgrime la fiscal Cecilia Corfield es la solicitud de miles de informes de Nosis y tareas de seguimiento respecto de personal policial, pero también sobre políticos, funcionarios y hasta miembros del Poder Judicial.

Tal como adelantó Data Clave, la comparecencia de Berra había despertado gran expectativa y preocupación en sectores de la política que intentaron intervenir en la causa y se mostraron muy interesados en su seguimiento. El propio procurador provincial Julio Conte Grand, instruyó a su subordinada Corfield que lo mantenga al corriente de la marcha del proceso. También la ex gobernadora trató de interceder a través de una gestión de buenos oficios ante los fiscales de Morón, y la mismísima Lilita Carrió hizo una defensa pública del imputado.

Con el objetivo de despejar dudas sobre las posibles internas con ex integrantes del gabinete vidalista, Berra declaró textualmente: "con todos los funcionarios que trabajé he tenido excelente relación, ahora no puede ser que perdimos las elecciones y se dieron vuelta todos como una media”. Esta frase dejó flotando en el ambiente la idea de que el imputado estaba enviando un tiro por elevación para alguien en particular.

En líneas generales, el ex jefe de Asuntos Internos reconoció los hechos básicos de la imputación, pero trato de darles justificación legal. En el caso de los funcionarios del Ministerio de Seguridad que habría pedido los informes de Nosis, declaró que los mismos estaban al tanto del requerimiento. En otros casos a los que refirió, manifestó que seguramente se debía a un error de tipeo en el ingreso de los documentos de identidad, lo que despertó suspicacias por lo llamativo de los errores que coincidían justo con el documento del ex Juez César Melazo, el marido de una fiscal, empresarios vinculados a concesiones, entre otros.

Pero lo que más llamó la atención fue que requerido al imputado para que haga entrega de su teléfono celular en cumplimiento de una manda judicial, procedió a apagarlo y a entregarlo, pero solicitado por el juzgado el patrón para su desbloqueo, contestó: "es con control de cara y tiene un patrón numérico, pero no lo recuerdo”. Eso provocó cierto malestar teniendo en cuenta que el imputado Berra, a pesar de las acusaciones que pesan sobre él,  sigue siendo empleado de la Provincia, ni más ni menos  revista como abogado en la Fiscalía de Estado.

No cabe duda que ésta causa recién empieza y promete nuevos capítulos.