Este martes continúa el juicio por el asesinato de Lucas González, asesinado en noviembre de 2021 por agentes de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. Una de las primeras en declarar fue la madre del joven, Cintia López, quien brindó un desgarrador testimonio. “Lo espero en la ventana todos los días”, declaró. Y agregó “Me pregunto por qué le dispararon, por que hicieron lo que hicieron”.

En otro tramo de su declaración, la mamá de Lucas afirmó: “El no tenía armas, solo usaba sus botines”. Asimismo, añadió: “Le quitaron el sueño de llegar a Primera, le faltaba tan poquito. Él estaba muy feliz”. Y apuntó contra la fuerza de seguridad porteña: “Un policía en el Penna nos dijo que los chicos de ahora no le decían a sus padres cuando andaban en cosas raras”.

Además, declaran este martes Julián Alejandro Salas, Niven Huanca Garnica y Joaquín Zúñiga Gómez, amigos del joven asesinado por la policía de la Ciudad. Denunciaron haber sido maltratados por los agentes policiales.

El primer planteo que hizo el abogado Fernando Soto -el mismo que defendió a Luis Chocobar- en el juicio por el asesinato de Lucas González fue pedir la nulidad de los testimonios de los tres amigos que iban en el auto con el juvenil de Barracas Central. Soto es defensor del inspector Gabriel Alejandro Issasi, el oficial mayor Fabián Andrés López y el oficial Juan José Nieva, los tres integrantes de la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad acusados de matar a Lucas en noviembre de 2021.

El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 25 no hizo lugar a ese pedido pero la solicitud de invalidar los testimonios de los tres chicos augura una jornada tensa en los tribunales de Comodoro Py, lugar donde se lleva adelante el juicio por cuestiones de espacio.

“En este hecho estoy seguro que actué en cumplimiento del deber, que ejercí legítima defensa y que no cometí ningún delito”, aseguró Issasi en la primera audiencia. En esa misma línea declararon tanto Nievas como López, desligandose de cualquier tipo de responsabilidad en el hecho.

El crimen de Lucas sucedió cerca de las 9.30 del 17 de noviembre de 2021, cuando la víctima y tres amigos de su misma edad salieron de entrenar del club Barracas a bordo del Volkswagen Surán del padre de uno de ellos y fueron interceptados por un auto Nissan Tiida de una Brigada de Investigaciones de la Policía de la Ciudad sin patente ni signos de identificación, del que bajaron tres efectivos armados y sin identificar.

De acuerdo con las pruebas recolectadas durante la investigación, los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos. Al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impactó en la cabeza del joven, quien horas más tarde falleció.

Odio racial

“A estos villeritos hay que darle un tiro en la cabeza a cada uno.” Eso dijeron, de acuerdo a los adolescentes, los policías que llegaron para “encubrir” y alterar la escena del crimen. Dos de los chicos estuvieron esposados más de dos horas contra el piso boca abajo y luego fueron sentados dentro de un patrullero por más de siete horas.

El tercero, que se entregó luego en la comisaría y que había corrido por miedo, fue directamente detenido y pasó la noche en esa condición junto con los otros dos,  hasta que al día siguiente el juez de menores consideró que no eran ellos los que debían ser investigados e imputados.

Antes de sus declaraciones -que son bajo juramento de decir verdad y que de acuerdo a lo que consideran en tribunales serán extensas-, declararán también los padres de Lucas, que son querellantes en el expediente y que hasta ahora no pudieron estar en la sala de audiencias. Esto es porque quienes son testigos no pueden presenciar el juicio hasta que den su testimonio.

Además de los tres involucrados directamente en el asesinato, en el juicio se juzgan a otros 11 policías. Se trata del comisario inspector del Departamento Comunal Vecinal 4 de la Policía de la Ciudad Daniel Alberto Santana; el comisario de la Comuna Vecinal 4A, Rodolfo Alejandro Ozán; el comisario de la Comisaría Vecinal 4D, Fabián Alberto Du Santos; el comisario de la Comuna 4D, Ramón Jesús Chocobar; el principal de la Comuna 4D, Héctor Claudio Cuevas; los oficiales de la Comisaría Vecinal 4D, Sebastián Jorge Baidón, Jonathan Alexis Martínez, Ángel Darío Arévalos y Daniel Rubén Espinosa; el comisario de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4, Juan Horacio Romero; y el subcomisario de la División Sumarios y Brigadas de la Comisaría Vecinal, Roberto Orlando Inca. 

Todos ellos llegaron a juicio como coautores de los delitos de “falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave e imposición de torturas”. Además, Cueva e Inca fueron acusados como coautores de “falso testimonio agravado por haber sido cometido en una causa penal". 

De acuerdo al requerimiento de elevación a juicio, los 11 alteraron los rastros y pruebas del delito que cometieron sus tres compañeros al arribar a la escena “e intentar fraguar para aparentar que se había tratado de un ‘enfrentamiento’, colocando para ello un arma de utilería ‘plantada’ en el interior del rodado Volkswagen, modelo Suran”. Además, en la investigación se les achacaron los “tormentos y sufrimientos físicos y psicológicos” que le propinaron a los adolescentes que hoy darán su testimonio.