Confirmadas las listas electorales tanto para el Congreso nacional como para los distritos bonaerenses, algunos intendentes movieron sus piezas pensando en la segunda jugada. Los lugares que deberán ser ocupados en diciembre son el botín de guerra de una disputa silenciosa entre referentes del Frente de Todos.

En Hurlingham, Juan Zabaleta cerró acuerdo con La Cámpora y bajó su candidatura a concejal. De esta manera, se abre la puerta a su llegada al ministerio de Desarrollo Social. La jugada del jefe comunal es mostrarse como un “candidateable” a ocupar la silla que deja vacante Daniel Arroyo.

Zabaleta y Cascallares
Zabaleta y Cascallares

El otro nombre que suena es el de Mariano Cascallares, el actual intendente de Almirante Brown, que estuvo en la cartera de Obras Públicas junto a Gabriel Katopodis, aspira al mismo lugar que Zabaleta. El nombre de Cascallares suena con menos claridad, pero es otro candidato. Su perfil es una opción apetecible para los crecientes rumores por su cercanía al grupo de intendentes más próximos a Alberto Fernández.

Además de las expectativas de un salto a los distintos ejecutivos, en la provincia de Buenos Aires el esquema de rosca por nuevos lugares se disparó por la imposibilidad para muchos intendentes de poder tener terceros mandatos. Aquellos que saben que no podrán renovar empiezan a ejercitar y ampliar sus horizontes políticos. 

El otro ministerio que quedará sin funcionario a cargo luego de la confirmación de las listas es el del ministerio de gobierno bonaerense. El puesto en la actualidad es para Teresa García que buscará acceder al Senado provincial como candidata en la primera sección electoral.

Ese puesto es clave para los intendentes. Justamente, la labor del ministro de gobierno bonaerense es ser un nexo entre la gobernación provincial y los jefes comunales. Ya son varios los intendentes que manifestaron que sería un lugar ideal para poner a uno propio y reclaman a un Axel Kicillof que aún no dio un puesto en el gabinete a ningún intendente.

La danza de nombres es incesante y aún falta mucho hasta alcanzar el mes de la renovación de los puestos. El Frente de Todos mostró unidad bastante efectiva en el territorio bonaerense pero aún hay deudas internas que deberán saldarse para continuar manteniéndola.