Llegaron a jueces con ocho años de diferencia pero los dos ya conocían los pasillos de Comodoro Py desde antes. Uno tuvo su etapa más álgida apenas asumió, con apodo incluido, y el otro subió su perfil durante el gobierno de Mauricio Macri. Hoy, los dos salieron sorteados y ocuparán, de manera provisoria, el vacío que dejará la partida por jubilación de Rodolfo Canicoba Corral.

Julián Ercolini es juez desde 2004. Llegó a Retiro en plena renovación de la justicia federal durante el gobierno de Néstor Kirchner y de la mano de Esteban Righi. Sebastián Casanello llegó a Py en 2012 a los 37 años. Un par de años después, Jorge Lanata lo apodó “tortuga” por la supuesta lentitud con la que manejaba la causa contra Lázaro Báez.

Ercolini conoce a Alberto Fernández de la cátedra Righi. Su relación era muy buena hasta hace algunos años, cuando algunos fallos que firmó el juez le parecieron al presidente carentes de fundamentación. Específicamente, el expediente donde ordenó la detención de Cristóbal López y Fabián de Sousa y la causa Vialidad, donde está imputada Cristina Fernández de Kirchner. Incluso se tomó el tiempo de criticarlo veladamente en el homenaje que se hizo en la Facultad de Derecho a Righi. En Py se rumoreaba que antes de la asunción, desde el entorno del juez le enviaron un mensaje a Fernández a modo de ofrenda de paz y que nunca fue contestado.

Mientras Ercolini subía el perfil y se posicionaba como uno de los “favoritos” por parte del espectro macrista, Casanello sobrevivía a una primera oleada que lo incluyó en la famosa lista de los jueces a los que Macri no le confiaba demasiado. Sin embargo, sobrevivió sin demasiados sobresaltos los cuatro años de gobierno y hasta se “desquitó” cuando se desarmó la operación que habían montado ciertos sectores que aseguraban haberlo visto en la Quinta de Olivos a fines de 2015 en una reunión con Cristina. 

"Casanello ha tenido que enfrentar acusaciones durísimas, entre las más graves la que le propinó Lázaro Báez, cuando lo intentó acusar por eventos falsos. En este juicio, Báez afirma que esa fue una operación de inteligencia de la que él también fue víctima. La conclusión ineludible es que el juez afrontó un embate inescrupuloso de parte del empresario santacruceño, y que la solidez y los argumentos técnicos con lo que esta causa llega a juicio facilitan y hacen más sólido este juzgamiento”, dijo ayer el fiscal Abel Córdoba mientras alegaba en la causa por la Ruta del Dinero, la misma por la que fue tildado de “tortuga”.

En Py conviven todos tipo de jueces, algunos más rigurosos, otros más locuaces, otros más experimentados. Con la muerte de Claudio Bonadio y la renuncia de Canicoba, solo queda María Romilda Servini como una exponente de la generación de los 90. En Py los jueces llegan como por oleadas. 2004, 2012 y, si a Alberto se le desbloquea el Consejo de la Magistratura, 2020/2021.