“¿Para qué vendrían a nuestro bloque?”, se preguntan desde la bancada del interbloque Federal en la Cámara de Diputados. La inquietud circula desde que en el Senado el bloque del Frente de Todos se vio debilitado con la partida de cuatro senadores. Los mismos formaron un nuevo bloque, Unidad Federal, junto con la cordobesa Alejandra Vigo, esposa del gobernador Juan Schiaretti.

Desde entonces, la ecuación empuja a pensar que alguna partida podría terminar en el interbloque donde confluyen los diputados de Córdoba Federal. “Si quieren venir tienen que decir si están en contra del Juicio Político a la Corte”, aclaró un miembro de la bancada federal. Las chances son desestimadas por el propio armado en Diputados, pese a los rumores que vienen desde la provincia mediterránea y que buscan posicionar el armado nacional de Schiaretti.

En el oficialismo tuvieron al menos una buena noticia en este contexto. En la última sesión de la convocatoria a extraordinarias, el FdT necesitaba a todos sus diputados sentados para que una parte de la oposición diera quórum. Los 118 estuvieron en sus bancas y la sesión por la moratoria se habilitó con 129 diputados, el mínimo. “Tuvimos una sesión muy buena y mientras muchos hablaban de ruptura”, celebraron en los pasillos del palacio.

Sin embargo, nadie se anima a poner final al capítulo que se abrió en el Senado. De las 4 provincias donde legisladores peronistas decidieron armar bloque nuevo y abandonar el Frente de Todos, algunos diputados son mirados con lupa. Por las terminales políticas de cada uno, descartan la escisión de la mayoría pero no ponen las manos en el fuego por todos. Al menos dos, tienen terminales políticas similares a la de los senadores díscolos. La lupa se posa en el norte. Uno de ellos en la misma provincia de Guillermo Snopek, el flmante presidente del nuevo bloque parlamentario del Senado.

“Estaba el rumor sobre 15 nombres que se iban y no es así”, dijeron desde el oficialismo para intentar llevar paños fríos en una semana que tuvo además el discurso del presidente en Asamblea Legislativa.

La calma que trajo el quórum y los 118 diputados oficialistas sentados en sus bancas una semana después del estallido del Senado apaciguó la tensión auto infligida. Pero en año electoral, nunca se puede bajar la guardia.