La amenaza pública de Patricia Bullrich contra Felipe Miguel sigue caliente y tensiona aún más la relación de Juntos por el Cambio pensando en las candidaturas para 2023. En ese marco es que el radicalismo juega su partido y empieza a mostrarse públicamente abierto a que haya "fórmulas cruzadas" para garantizar la unidad.

La toreada de la presidenta del PRO con el jefe de Gabinete de Horacio Rodríguez Larreta fue más grave por la falta de cuidados públicos que por el contenido en sí mismo. No fue la amenaza lo que afectó ni el "la próxima, te rompo la cara", sino que ese pleito se terminó haciendo público y alteró las filas de los propios. "Son boludeces de la política. Fue una falta de profesionalismo no darse cuenta que podía haber gente grabando", le dijo a Data Clave un dirigente de la coalición.

Lo cierto es que las diferencias entre los dirigentes del PRO pensando en 2023 son cada vez más evidentes. El problema para Juntos por el Cambio es que esta interna de un partido tensiona a todas las patas involucradas. Desde la Unión Cívica Radical (UCR) hasta el Peronismo Republicano que encarna Miguel Ángel Pichetto, quien curiosamente también apareció en el video y vio en situ la amenaza de Bullrich.

Un ejemplo de la interna PRO condicionando la unidad de JxC se da en la sucesión en la Ciudad de Buenos Aires. Larreta, lanzado para 2023, hoy no tiene un candidato firme para que ocupe su lugar y le da juego suelto a varios dirigentes para que hagan campaña y muestren su músculo. En ese libre albedrío aparecen muchos, desde funcionarios actuales como Soledad Acuña y Fernán Quirós hasta dirigentes de otros espectros, como el caso del senador radical Martín Lousteau.

Esta idea no cae bien en una parte del PRO, que quiere seguir monopolizando la Ciudad de Buenos Aires y lo tiene lanzado a Jorge Macri como candidato. "Creo que el PRO no puede perder la Ciudad, @jorgemacri tiene toda la chapa para ser un muy buen Jefe de Gobierno. Voy a trabajar para que @proargentina siga gobernando CABA", dijo el intendente de Lanús Néstor Grindetti, que suele vociferar todas las cosas que no se anima todavía a sentenciar públicamente el expresidente Mauricio Macri.

Es en esa pelea donde entra el radicalismo y pide pista para no quedar atrás. El pasado sábado la UCR toda compartió un fuerte acto en Costa Salguero donde la consigna fue "Unidos, ganamos", bregando por la unidad de Juntos por el Cambio. El único faltazo lo pegó el diputado Facundo Manes, uno de los dirigentes con mejor imagen dentro del espacio centenario. Fue el propio Lousteau el que no rehuyó del debate por las candidaturas -afectado por la interna y la ofensiva del PRO con Jorge Macri a la cabeza- y pidió que haya fórmulas cruzadas. "Yo soy candidato a jefe de gobierno de una coalición. Algunos parecen no entender qué significa una coalición, que pueda afianzar lo que se hizo bien y traiga ideas nuevas y renovación", expresó.

Tweet de Martín Lousteau

El radicalismo sabe que es rehén de esta discusión y por eso quiere poner los puntos de antemano. Gerardo Morales, gobernador de Jujuy y titular del Comité Nacional, planteó en Costa Salguero: "Todos nos encolumnamos con Martín para ganar la Ciudad. No es sólo un partido parlamentario, también es gestión". En ese acto, casualmente, estuvo presente Larreta y Diego Santilli, su hombre de confianza en la provincia de Buenos Aires.

Y siguiendo con la lógica de la pelea Bullrich-Miguel, otro dirigente vinculado al radicalismo le dijo a Data Clave: "Es un tema terminado. Hay una interna y punto. Evidentemente Patricia no lo respeta a Felipe y no le permite determinadas cosas que a otro nivel quizás sí se le permitiría".

Morales también se metió en esa pelea PRO y se anotó como uno de los candidatos a presidente de la Nación. "No tengo ningún problema, me parece que hay que integrar. No tendría ningún problema con que Patricia u Horacio sean vice mío. No hay ningún problema", dijo el gobernador jujeño, en diálogo con Radio La Red.

Habrá que ver cómo continúa la interna PRO en las próximas semanas y si algunos de los dos espacios sede en el clima de tensión. Lo cierto es que esa pelea genera ruidos en el radicalismo y los dirigentes ya salieron de antemano a plantar bandera y pedir que el protagonismo sea colegiado.