El año electoral está apenas comenzando. Aún resta definir un número de cuestiones, tanto a nivel nacional (calendario) como en el interior de cada espacio. En esa línea, un grupo de dirigentes radicales vinculados al “ala moderada” realizaron a través de un documento una convocatoria a “conformar un polo de poder republicano”, expresaron su deseo de “consolidar la unidad de Juntos por el Cambio”, realizaron un crudo diagnóstico de la situación económica, político y social que atraviesa Argentina y pidieron “asumir el compromiso formal de un acuerdo programático” hacia un “gobierno de coalición en plena regla”. 

El documento, que se titula “manifiesto por la esperanza democrática” lo firman, entre otros, Luis Naidenoff, Mario Negri, Ernesto Sanz, Jesús Rodríguez y Liliana Piug. En este tipo de expresiones, los presentes son tan relevantes como los ausentes. No figura, por caso, la firma de Alfredo Cornejo (presidente del Comité Nacional de la UCR) y el senador Martín Lousteau. Tampoco están los gobernadores radicales.

En los primeros párrafos figura un mensaje hacia el interior de la UCR, al PRO y también al Gobierno: “Deseamos consolidar la unidad de Juntos por el Cambio, como herramienta imprescindible para una alternativa de poder y aspiramos a encabezar con pensamiento y acción renovado los desafíos electorales que se avecinan. Para eso, respetar la legislación electoral vigente sin alteraciones bruscas es una garantía para la legitimación del proceso democrático”.

El manifiesto pide a su vez que la “convergencia de fuerzas políticas deberá establecer reglas claras de competencia y colaboración y debe asumir el compromiso formal de un acuerdo programático y formas de integración hacia un gobierno de coalición en plena regla”. Reconocen que al actual Gobierno será difícil ganarle “desde una perspectiva conservadora; un nuevo triunfo sólo se logrará si somos competitivos expresando con amplitud propuestas democráticas avanzadas, con afinidad hacia el electorado popular, inclusivo, juvenil y progresista”.

Son seis los puntos que conforman el manifiesto, en el que también hay una severa crítica al Gobierno de Alberto Fernández y una cruda descripción de la situación que atraviesa el país: “Enfrentamos la situación de mayor gravedad institucional y fragilidad nacional que hemos vivido desde la restauración democrática. A un modelo económico y productivo agotado en su capacidad de crecimiento y desarrollo, se agregan amenazas al orden constitucional y peligros sobre la salud de las personas”.

Más adelante exigen apartarse de las minorías intensas y movilizadas, que “esperan que el fracaso del otro les allane el camino al poder, sin reparar en el enorme costo en sufrimiento y empobrecimiento que eso implica para la mayoría de nuestras y nuestros compatriotas”. “No hay modo de construir el poder necesario para sacar el país adelante sin un profundo cambio de paradigma en la relación entre las fuerzas políticas que tienen la posibilidad de alternarse en el gobierno”, agrega el manifiesto.

Sobre el final, en el punto que llama a la convocatoria, los radicales moderados sostienen que “un ejercicio de creatividad política requiere conformar un polo de poder republicano lo suficientemente amplio, estable y visionario, que dispute con chances de éxito y con propuestas claras la conducción del Estado, pero que además esté dispuesto a garantizar el pluralismo y a recuperar el sentido del lenguaje político, distorsionado por el despotismo demagógico en sus manifestaciones más autoritarias”.