"Podés tener cárceles privadas donde los presos paguen sus condenas con su estadía laburando. A los presos, en lugar de premiarlos regalándoles plata, dándoles privilegios a pesar del desastre que hicieron en la sociedad, que lo paguen laburando”, dijo el diputado nacional por La Libertad Avanza, Javier Milei.

Con esta frase, el economista abrió el debate sobre la privatización del sistema carcelario como una solución al hacinamiento, la sobrepoblación y los gastos de mantenimiento de estas estructuras. Sin embargo, la propuesta no es ninguna novedad y se aplica desde muchos años en Estados Unidos.

Las firmas Corrections Corporation of America -ahora conocida como CoreCivic-, Management and Training Corp y GEO Group lideran el "negocio" de las cárceles. Ésta última compañía reportó ingresos totales de 2.350 millones de dólares en plena pandemia.

El modelo se basa en las ganancias por cada prisionero retenido en sus instalaciones. Este sistema le permite al Estado ahorrar costos, pero es muy criticado a nivel mundial por convertir a las cárceles en una industria multimillonaria, que aloja en su gran mayoría a inmigrantes, latinos, negros y personas de bajos recursos. 

Organizaciones civiles vienen reclamando la eliminación de "todos los centros de detención con fines de lucro”, argumentando que las personas encerradas en ellos no deben convertirse en un beneficio económico.

Tras asumir, el presidente Joe Biden ordenó al Departamento de Justicia que termine su dependencia de las prisiones privadas y no renueven los contratos con los centros de detención operados por firmas privadas. "Este es un primer paso para evitar que las corporaciones se beneficien del encarcelamiento", dijo Biden.

Hablemos sin saber

Rodrigo Morabito, juez de Cámara de Responsabilidad Penal Juvenil de Catamarca, fue uno de los primeros en reaccionar a la propuesta de Milei. Desde su cuenta de Twitter, el magistrado cuestionó: "¿Quienes serían los oferentes de esas cárceles privadas? ¿Cómo sería el sistema de seguridad? ¿Cómo se controlarían las condiciones de cumplimiento de las penas? ¿Cuáles serían los costos del encierro? ¿Existirían cárceles estatales y privadas?".

"¿Que harían laboralmente las personas privadas de libertad? ¿Quién sostendría los costos de esas cárceles? ¿Los presos con su estadía? ¿Qué producirían o harían para solventar esos costos?", cuestionó en un hilo de tuits.

Tweet de Rodrigo Morabito

De esta forma, el juez sostuvo que "para hablar de cárceles se debe empezar primero que nada por conocerlas por dentro".