En la previa a las elecciones del 14 de noviembre la oposición se posiciona para volver a ganar en las urnas. De repetirse el resultado de las PASO, Juntos por el Cambio cambiaría las reglas del juego en el Congreso: tendría una primera minoría en Diputados y le sacaría el quórum propio al Frente de Todos en el Senado. 

En este contexto, ya se debate cuál será el rol de la alianza opositora en el nuevo Parlamento a partir de diciembre. Allí, a grandes rasgos, hay dos vertientes, las mismas que conviven en el espacio casi desde su génesis: aquellos más moderados, apodados “palomas” y los más radicalizados, encasillados en “halcones”.

De cara a lo que viene, el debate gira en torno a la posición que debe y puede tomar el bloque mayoritario de la oposición. Mientras los representantes del ala dura hablan de ponerle un freno al kirchnerismo e ir por la presidencia de la Cámara de Diputados para poner en jaque al gobierno de Alberto Fernández, otros pregonan más cautela y diálogo.

En este lote moderado puede ubicarse al precandidato por la provincia de Buenos Aires y expresidente de la Cámara Baja, Emilio Monzó. El primero que tiene que replantearse el rol es el propio Gobierno. El presidente no tendrá otra alternativa que intentar llegar a acuerdos con la oposición para obtener las herramientas que necesita para su gestión. Y la oposición debe tener también mucha prudencia y mesura porque está en juego la situación crítica del país, pero también tener una posición dura cuando se extremen las posiciones. El Congreso debe ser el garante de imponer límites al gobierno”, apuntó el representante del peronismo federal en diálogo con La Nación. 

Asimismo, Monzó se mostró escéptico de la posibilidad de asumir la presidencia de Diputados. “La agenda la marca el Poder Ejecutivo. Tendría consecuencias muy graves para un gobierno ya debilitado si la oposición desde el Congreso le maneja la agenda. A mi criterio, la oposición debe predisponerse al diálogo, no eludirlo, porque el país está en una situación muy crítica. Pero es el Gobierno el que va a tener que dar el primer paso porque va a quedar en minoría en el Congreso”, remarcó.

Al respecto, fuentes del PRO señalaron a Data Clave que “no sé si se trata de halcones y palomas o radicalizados y palomas, me parece que se trata de lo que dice Emilio de garantizar gobernabilidad, de respetar la democracia y entre todas las fuerzas asegurar la finalización de la gestión oficialista”.

"Cada uno tiene su propia impronta, está claro, pero no habrá tantas diferencias. Pero no va a haber un cambio en la presidencia de la Cámara. Es impensado que Monzó, Ritondo o quien sea saquen a Massa de la presidencia. Como mucho se pedirán algunas comisiones más", confió un allegado a los amarillos a este medio.

"El clima en el Congreso tendrá que ver con lo que vaya pasando en el Gobierno. Acuerdo parlamentario siempre hay. Puentes y diálogos hay por todas partes. El único que falta es el de Macri y Cristina", remarcaron desde las filas parlamentarias amarillas. "Massa no llamó a nadie, fue todo para la tribuna y los medios", sentenciaron.

En esta línea se expresó la otrora gobernadora bonaerense y hoy candidata a diputada nacional porteña, María Eugenia Vidal. “Siempre vamos a garantizar que se cumplan los años de gobierno. Es lo que eligió la gente”, afirmó en TN. Aunque aclaró: “No se puede hacer un acuerdo con el gobierno si ellos mismos no tienen un acuerdo interno”.

Respecto de su rol en el próximo Congreso, resaltó: “Nuestro rol como oposición, además de hacer nuestras propias propuestas, es recibir las del Ejecutivo y decidir qué es lo correcto para la población”. 

Y agregó: “No discutimos todavía si vamos a pedir la presidencia de la Cámara. Primero hay que escuchar a la gente y esperar los resultados de la elección. Ahí, como mesa nacional vamos a tomar una postura común. La gente está eligiendo un bloque de 120 diputados y vamos a seguir en conjunto los próximos dos años”.

Por su parte, la flamante figura del radicalismo bonaerense, Facundo Manes, se manifestó de acuerdo con la idea de congeniar un gran acuerdo con el gobierno, pero marcó sus dudas. “La Argentina necesita desde hace tiempo un gran acuerdo nacional y un gobierno que se parezca a una gran unidad nacional. Ahora, ¿las condiciones están dadas?”, expresó.

Y sentenció: “Siempre estoy a favor de un diálogo y a favor de un pacto de unidad nacional para salir de esta decadencia crónica pero (el Gobierno) tiene que garantizar confianza y dejar claro con quién se debate”.