La interna del PRO, obliga a tomar decisiones. El desdoblamiento de Horacio Rodríguez Larreta provocó un sismo que dejó agrietado a un partido que, en la actualidad, está imposibilitado de sanar viejas heridas para poder lograr una lista de unidad que responda a los intereses primarios de ganar una elección para volver a ser gobierno.

Como parte de un trabajo pensado, y calculado, Patricia Bullrich decidió en las últimas horas pedir licencia de su rol como presidenta del PRO. Se trata, en concreto, de un paso más concreto en su idea de no abandonar la carrera presidencial. Y un mensaje directo a toda su dirigencia para que no solo para que no se baje nadie sino para redoblar los esfuerzos internos en pos de cumplir la tarea territorial de seguir sumando hacia el principal objetivo.

Con este marco de fondo, la provincia de Buenos Aires es, a la vez, el principal territorio de conflicto. Y allí la representación de los principales presidenciables, a quienes se les suma María Eugenia Vidal, también dirimen su propia interna. Claro, más allá de las similitudes y diferencias la orden siempre viene de arriba.

Desde que lanzó su precandidatura a gobernador, Cristian Ritondo, revalidó cada vez que tuvo oportunidad su afiliación directa al deseo presidencial de Vidal como parte de un acto de fidelidad para quien fuera su gobernadora durante la gestión que llevó adelante en la Provincia como ministro de Seguridad.

Sin embargo, los últimos movimientos, obligan a que el actual diputado termine de acomodar su alineamiento. Hacia adentro del PRO son claros al respecto. “Cristian tiene mucho más que ver con Patricia que con María Eugenia, pero hasta que ella no tome la decisión, él no va a soltar su lineamiento”.

Tras su casamiento, y una posterior ausencia mediática, la exgobernadora volvió a mostrarse firme en su deseo de dar la pelea. Y comunicó a los suyos que en abril tomará la decisión final. Según pudo saber este medio, el anuncio será a fin de mes. Y pese a que desde adentro aseguran que no adelantó nada, los propios movimientos de la política seguro terminen corriendo a Vidal de la pelea principal.

Pero no solo por una cuestión de armado, algo que propios y ajenos sostienen que no tiene a nivel nacional, sino como una respuesta a su tropa bonaerense, la más nutrida, que espera la posibilidad de salir a militar en favor de Bullrich. Y las razones son varias. Desde la dirigencia de Vidal no le perdonan al diputado nacional y precandidato a gobernador, Diego Santilli, que en 2021 haya llevado adelante una campaña dejándolos afuera.

Y es por eso que hoy claman por la necesidad de ponderar a Ritondo como el principal candidato de Patricia algo que, a la vez, también provocaría una sangría de parte del peronismo republicano de Joaquín De la Torre y de otro sector minoritario que permitiría un armado con mayor representatividad.

El problema con el que cuenta hoy la dirigencia de Vidal es qué hará la propia diputada nacional. Sucede que la exgobernadora, como dicen, la une a Larreta más de 20 años de historia política y pese a que hoy se muestra crítica ante las decisiones tomadas por el alcalde porteño, tiene una ligazón política, sobre todo en CABA que podría complicar a parte de su dirigencia que, por lo bajo, como le dijo un diputado provincial a Data Clave, “seguiremos bancando por más que nos toque estar del lado que no preferimos”.