“La vacuna es una herramienta para la construcción geopolítica, quien lo niegue te está mintiendo y Rusia sabe jugar este juego como ningún otro”. La fuente dispara la frase con contundencia mientras el cronista escucha atentamente el desglose de datos, no exentos de una mirada analítica propia proveniente de un experimentado hombre de negocios, con afiatados vínculos comerciales y políticos con el Kremlin.

Durante la charla, el celular del informante emite sonidos de recepción de mensajes. Un comunicado en formato PDF llega al whatsapp con numeración de Moscú. El Fondo Ruso de Inversión Directa y el Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología de Gamaleya confirmaban que Argentina seguirá recibiendo la vacuna Sputnik V, pero que “habrá un ajuste en el cronograma de entregas, con demoras de dos a tres semanas”.

El dato no es menor. Dos veces en menos de 48 horas, el vuelo de Aerolíneas Argentinas que este jueves aterrizó de regreso en el Aeropuerto de Ezeiza tras una travesía de 40 horas portando 220.000 dosis de la Sputnik V, fue suspendido por motivos que nunca terminaron de quedar claros. El empresario lo explica con claridad: “las dosis que se producen en territorio ruso, se destinan a la población rusa, todas las vacunas que se exportan son producidas en plantas tercerizadas ubicadas en diferentes lugares del planeta, había un lote listo con destino argentino, pero los acuerdos son tan dinámicos y la demanda tan grande que obligan a reprogramar las entregas, priorizando razones geopolíticas”, completa la fuente.

El problema no es solo ruso. Las demoras en la producción de vacunas a nivel global generaron preocupación en los países que aguardan con ansiedad la llegada de las dosis comprometidas. El primero en manifestar inconvenientes serios fue el laboratorio Pfizer, que sobrevendió por encima de su capacidad productiva, e incumplió con varios clientes que, incluso –como en el caso del estado italiano- ya anunciaron el inicio de demandas. Esta semana se sumaron los inconvenientes del Fondo de Inversión Directa de Rusia para garantizar el cumplimiento de los acuerdos alcanzados con una treintena de países.

Lo admitió el titular de la estructura financiera paraestatal Kirill Dmitriev, que está al frente del desarrollo de la Sputnik V. En una entrevista con la cadena de noticias estadounidense CNBC, Dmitriev explicó que dado el crecimiento exponencial de la producción para responder a la creciente demanda mundial, los fabricantes de las pocas vacunas que ya han sido o están siendo aprobadas por los países enfrentan grandes desafíos, que en los últimos días se convirtieron en retrasos, en algunos casos.

“Si hay problemas con un componente, se producen retraso. Hemos visto esto con Pfizer, AstraZeneca y y también puede ocurrir en la producción de nuestra vacuna porque estamos aumentando la capacidad de las plantas”, explicó el funcionario.

La declaración va en sintonía con el comunicado que ayer distribuyó el FIDR donde se explica que se está trabajando en la ampliación de la capacidad para producir más dosis, debido a la alta demanda de la vacuna en América Latina. "Ahora estamos mejorando las instalaciones ubicadas fuera de Rusia para garantizar el suministro a Argentina y el resto de la región. Como resultado, veremos un aumento significativo de la producción en el segundo trimestre", dice el parte de prensa difundido este miércoles.

Desde el Fondo de Inversiones advierten que hasta que las la extensión de sus plantas suceda, “algunos lotes” pueden presentar “retrasos de hasta 2-3 semanas” y que se volverá a la entrega original cuando esté completa la actualización. "Se informará debidamente a las autoridades sanitarias argentinas con un cronograma ajustado", afirmaron.

A pesar de las demoras, los rusos no detienen la marcha de sus acuerdos. Esta semana se sumaron dos países al lote de clientes ávidos por recibir la Sputnik V: México, que anunció la compra de 24 millones de dosis, y Hungría, que se transformó en el primer país de la Unión Europea en aprobar y comprar la vacuna rusa.  El pasado viernes, el ministro de Asuntos Exteriores, Péter Szijjártó, informó de la adquisición de dos millones de dosis, apenas 48 horas después de que la Agencia húngara de Medicamentos diera una autorización de emergencia, sin esperar una decisión al respecto de la agencia homóloga europea. 

Patentada en Rusia, pero fabricada en China

El desarrollo biotecnológico de la Sputnik V es del Instituto Gamaleya, controlado por el gobierno ruso. Pero el financiamiento del proyecto es administrado por este Fondo de Inversión que controla el Kremlin. "La prioridad es abastecer la demanda interna de la vacuna, para lo cual se dispuso la fabricación en todas las plantas disponibles en Rusia", explica el empresario a Data Clave.

Fronteras adentro, el gobierno ruso viene llevando adelante una campaña muy exitosa. La viceprimera ministra de Rusia, Tatiana Gólikova, informó que para formar la inmunidad colectiva se debe vacunar unas 68,6 millones de personas y, según sus datos, en el país ya se fabricaron cerca de 8,2 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 de las que a las instituciones médicas se suministraron 2,7 millones de dosis.

"Pero hacia afuera, Putin también aprovecha la oportunidad para tejer alianzas geopolíticas estratégicas con diferentes países del mundo, sin poner en riesgo el suministro de su población, por eso dispuso que todas las vacunas que se exporten sean producidas en plantas tercerizadas con sede en otros países y China es el principal socio en este sentido, porque mucha de la producción se elabora en su territorio" agrega el informante.

Justamente China es uno de los socios estratégicos en la asociación económico-comercial llamada BRICS, nombre conformado por las primeras letras de cada uno de los países que las conforman (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), con los que el Kremlin mantiene y prioriza el vínculo. "A estas naciones se le suma Venezuela, que fue el primero en habilitar las primeras pruebas de la Fase 2, por orden del presidente Nicolás Maduro, allá por octubre cuando nadie creía en la potencialidad de la Sputnik V", apunta el agregado comercial. Y esos gestos Putin los valora.

Un dato que no es muy conocido respecto a la procedencia de las vacunas que llegaron a la Argentina: solo las primeras dosis entregadas a fines del año pasado fueron elaboradas en Rusia y se trató de un "remanente de las que quedaron tras haber sido aprobada la fase 2", explica el especialista consultado. "Aún así la situación generó críticas al gobierno de Putin, que justificó su decisión alegando el carácter excepcional y por única vez de la medida", finaliza.

Corroborando esta versión, el comunicado del Fondo difundido el miércoles asegura que "ANMAT procederá con la verificación técnica de los sitios de producción del Sputnik V fuera de Rusia en las próximas semanas". Y concluye: "En estos tiempos desafiantes, estamos dando todos los pasos para asegurarnos de que RDIF continúe apoyando el despliegue de campañas de vacunación en todo el mundo, agregando más proveedores y fabricantes contratados para aumentar la capacidad de producción total de la vacuna Sputnik V".

Segunda ola con meseta alta

El lunes pasado, la secretaria de Acceso a la Salud Carla Vizzotti fue la encargada de presentar el reporte sobre Covid 19 en donde expresó que "en las últimas semanas se desaceleró el aumento de casos que se observaba desde diciembre de 2020" pero advirtió que aún “estamos en una meseta alta de casos de COVID-19 y necesitamos bajarla y para eso son las medidas de cuidado”.

Por esta razón el Ministerio de Salud de la Nación junto a las jurisdicciones trabajan en el análisis de la estratificación del riesgo en base a indicadores como la incidencia y la razón, que resulta de la comparación entre el número de casos de los últimos 15 días con los 15 anteriores para detectar el aumento, la estabilidad o el descenso. “Tenemos departamentos en alto riesgo, la mayoría está en riesgo mediano y unos pocos en riesgo bajo”, describió Vizzotti, por lo cual “es muy importante conocer las medidas que se están tomando en el lugar de nuestra residencia, saber la situación epidemiológica e implementar las medidas de cuidado”.

La directora nacional de Epidemiología y Análisis de la Situación de Salud, Analía Rearte, indicó que el pico de casos fue en octubre para luego comenzar a descender y a mediados de diciembre volver a subir. “En este nuevo aumento se destaca en los menores de 60 años. En el grupo de 25 y 30 años en esta segunda etapa fue un poquito más importante que en invierno”, afirmó la funcionaria.

Varios epidemiólogos consultados por Data Clave coinciden en afirmar que "la demora ya anunciada en la llegada de las vacunas nos obliga a anticipar medidas para controlar la segunda ola, ya que resulta imposible pensar en la inmunidad de rebaño antes del otoño, no podemos apostar todo a una estrategia que sabemos que nos va a servir para el año que viene, pero no va a lograr frenar lo que se viene ahora".

Otro de los infectólogos explicó que "no es lo mismo un pico, como tuvimos en diciembre, que la segunda ola, que vendrá inexorablemente con el comienzo del otoño y llegar a esa instancia con una meseta de diez mil casos sería muy peligroso, porque además, la posibilidad de implementar una cuarentena estricta con éxito aparece como muy improbable".