A fines de enero el Poder Ejecutivo mandó por decreto una ambiciosa agenda parlamentaria de sesiones extraordinarias sólo para el mes de febrero. Los 18 puntos incluidos entre las opciones para tratar en verano se vieron interrumpidos por el anuncio de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la renuncia de Máximo Kirchner de la presidencia del bloque y la sanción del entendimiento con el staff del FMI.

El cisma interno en el Frente de Todos, con nuevo presidente en la bancada en Diputados, y el desdoblamiento en el Senado para quedarse con una banca en el Consejo de la Magistratura recién terminó de acomodarse a mediados de abril. Como nunca, las comisiones demoraron casi dos meses completos en conformarse en ambas Cámaras.

De los 16 proyectos que tenía el temario propuesto por el gobierno nacional para febrero, ya 5 son ley y otros 5 tienen media sanción. Solo falta que tenga algún recorrido 6 proyectos. En el corto periodo de actividad plena que tuvieron Diputados y Senado, el oficialismo pudo ir sacando con cierta posibilidad de acuerdos, las iniciativas que se trazó como objetivos primordiales. Esto fue a delinear Sergio Massa en una de sus visitas a Casa Rosada de esta semana y tras la aprobación del proyecto de incentivos a la industria automotriz.

“Formalmente receso no hay, lo que hay es que el ritmo parlamentario baja un poco la intensidad pero no tenemos claro cómo se va a materializar, estamos tranqui por ahora”, aseguraron a Data Clave fuentes parlamentarias del Frente de Todos. El caudal de proyectos del Ejecutivo comenzará a bajar estas próximas semanas pero tiene un objetivo: la ley Agroindustrial. El tema ya empezó a debatirse en comisión de Industria de Diputados, que al mando del entrerriano Marcelo Casaretto (FdT), podría tener un visto bueno de la oposición y llegar al recinto este año. Desde el oficialismo confian que el tema retenciones no se cuele en la discusión y vaya por carriles separados. Algo que la oposición tiene en agenda.

Además, el proyecto de los senadores kirchneristas Anabel Fernández Sagasti y Mariano Recalde, también empezó el sendero del diálogo en comisiones. La oposición que estuvo dividida en la Cámara alta podría pedir cambios para acompañar la iniciativa y que pueda tener una aprobación amplia.

En esta contexto, las trabas y el diálogo entrecortado con la oposición sigue estando presente en proyectos de carácter institucional. El Frente de Todos no logró imponer su criterio en la sanción del proyecto de Reforma del Consejo de la Magistratura. Al igual que en las reformas judiciales, allí el oficialismo encuentra un escollo imposible de sortear desde que Alberto Fernández es presidente.

En esa suerte esta el proyecto de los gobernadores peronistas para aumentar el número de la Corte Suprema de Justicia que la bancada del Frente de Todos tomó como propio en la Cámara alta y que no pudo llegar al recinto esta semana. El oficialismo pensaba darle media sanción el jueves pero tuvo que desistir por inconvenientes en los traslados de algunos senadores propios. La realidad, es que no esta asegurado que esten los votos, incluso en la discusión interna donde por ejemplo, el senador Adolfo Rodríguez Saá no esta dispuesta a acompañar.

La “nueva mayoría” que creyó construir Juntos por el Cambio en la votación de Boleta Única no es una realidad palpable en todos los temas. Cada proyecto es un mundo y en ese revuelo, el oficialismo pudo sacar alguna victoria en medio de varias derrotas.