A contrarreloj. Y a doble comando. La comunicación entre Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados y Vilma Ibarra, secretaria de Legal y Técnica, se intensifica. Este viernes vence el DNU con las medidas sanitarias vigentes y el Gobierno apuesta a no tener que renovarlo. Para que eso ocurra, el Congreso deberá sancionar el proyecto de “semáforo sanitario” que grafica en Ley lo que hoy dicta el decreto: medidas sanitarias según riesgo epidemiológico.

El proyecto ya fue sancionado por el Senado pero se complicó en Diputados. No obstante, las piezas comenzaron a moverse hoy y el Frente de Todos apurará la sanción este jueves, para que el viernes Alberto Fernández reemplace la publicación del decreto por la promulgación de la Ley. 

La logística no es sencilla, pues el proyecto no cuenta siquiera con dictamen de comisión. Es por eso que el presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales, Hernán Pérez Araujo, convocó al plenario para este jueves a las 10 horas.

El desafío es lograr dictamen, para el cual el oficialismo tiene las firmas y luego ver si es posible incluirlo en una sesión que aún no esta convocada pero que tiene todos los procedimientos operativos activados. Sería ese mismo día se va a realizar para aprobar el proyecto que reduce tarifas en “zonas frías”. Esa iniciativa sería el “mascarón de proa” para que la oposición acompañe el proyecto de “semáforo sanitario”. 

“Estamos listos”, dicen diputados del Frente de Todos. “Ya estamos convocados”, confirman desde la oposición. El Gobierno apuesta a los gobernadores para lograr la sanción, que deberá ser sin modificaciones si el plan es promulgar la norma este viernes. 

Para la sesión, las autoridades de la Cámara baja ya activaron los mecanismos que implica un encuentro de legisladores en el recinto. Cada uno de los que deben estar de forma presencial tienen turno para hisoparse este mismo miércoles. El operativo para la sesión ya esta en marcha y solo debe confirmarse.

La iniciativa es seriamente cuestionada por Juntos por el Cambio, que la calificó como una “delegación de poderes al Ejecutivo”. La bancada oficialista apuesta al respaldo de los bloques federales, que demoran su definición.

En el recinto, los votos estarían con lo justo pero también jugarán las ausencias y las abstenciones. Allí, con poco, el gobierno podría alzarse con un triunfo necesario a pocas horas del final del actual DNU.