El peronismo sabe que hoy ya no es dueño del voto bonaerense. La pandemia dejó secuelas económicas que, incluso, taparon buena parte de la famosa “tierra arrasada” con la que se encontró Axel Kicillof al momento de asumir en diciembre de 2019. Es por eso que en el sprint final, la campaña y el discurso de los dirigentes del Frente de Todos se enfocó en volver a poner a Mauricio Macri en el centro de la escena. Y recordar, claro, un pasado que por pisado, buscan que el electorado no olvide.

“La clave está en llegar a una participación del 80 por ciento del electorado”, le dice a Data Clave un armador político de la tercera sección, una de las regiones más populosas e históricamente peronistas en las que el Frente de Todos no pudo sacar la distancia habitual con la que, más allá de los resultados del resto de las zonas electorales, siempre fue suficiente para solventar una victoria.

La referencia del dirigente tiene sustento. La participación en las PASO fue muy baja en comparación con otros procesos electorales. Cerca de un 15 y 20 por ciento menos espejando con el 2017 o el 2019. La situación epidemiológica marcó el ritmo de las elecciones y la participación menguó. Hoy, el panorama es otro. Y desde el justicialismo lo tienen en claro. 

Es por esto que durante las últimas semanas, según pudo conocer Data Calve, el Frente de Todos apeló al recordado, y cuestionado timbreo macrista, para poder recuperar parte del terreno perdido. “Nosotros tocamos la puerta o aplaudimos, lo de los timbres se lo dejamos a ellos”. Quien toma la palabra es un diputado bonaerense de la primera sección. No es una frase al pasar.

El Frente de Todos decidió entrar en la profundidad de los barrios para poder alcanzar al vecino que no fue a votar y explicarle la importancia que tiene esta elección. “Son lugares en los que decís Macri y lo primero que se les viene a la cabeza es haberla pasado mal. Es necesario mostrar que del otro lado todavía están ellos. Nosotros nos juntamos a pedido de la gente para que no digan destruyendo el país. Y solo tuvimos tres meses para empezar. Ahora les contamos todo lo que ya empezamos a hacer”, agrega.

En concreto, en los distritos más populosos del Conurbano la estrategia fue volver a convocar a participar en busca de un electorado perdido, pero sin dueño. Un voto ausente que desde el Frente de Todos reconfirman que les será beneficioso.

Claro, no todos los objetivos son los mismos. La Provincia y los municipios manejan diferentes intereses. Más después de ver cómo en algunos distritos se intentó municipalizar la elección con el fin de evitar el voto castigo. Sin embargo, todos buscan de base una victoria. Desde los municipios tienen en claro que una victoria que no permita lograr una tracción hacia el voto nacional y el provincial no convence. “Si ganamos por medio gol, vale”, agrega entre risas el mismo diputado. Y pone el foco en donde cree que estará el voto que los llevará a ganar el partido. “Merlo, Moreno, La Matanza y Lomas de Zamora”. 

El cuarteto tiene sustento. Se trata de distritos en los que el Frente de Todos ganó pero en donde hubo una diferencia con la oposición más corta de lo habitual y, además, una baja participación. Ahora lo que resta saber es cuánto de toda esa búsqueda personal tendrá el resultado esperado. Pero para eso, todavía falta.