El “gran hermano” riojano se puso en marcha el 1 de julio, tres días después de conocerse el resultado positivo en el test de Sahad. Pero esta vez, el reality tiene una sola cámara: la que apunta directamente al domicilio de Julio Sahad, diputado nacional de Juntos por el cambio. 

Lo más curioso es que, para ese momento en que se instaló la cámara, el legislador ya cumplía con el aislamiento en un hotel de la provincia y en su domicilio quedaba el resto de su familia, sin síntomas y con hisopados negativos. 

“Estoy aislado en un hotel desde que volví a la provincia, cumplo todo lo que indica el protocolo, lo que hacen en mi casa con mi familia es intimidación”, le dijo Sahad a Data Clave. Cuando se enteró de la medida de vigilancia, le envió una carta a Ricardo Quintela en la que expresó su preocupación: “Nadie consultó conmigo o con mi familia, nadie nos informó. La forma arbitraria solamente puede ser tomada como como un acto persecutorio. Estas prácticas deben ser desterradas”, escribió. 

Lejos de negar la acusación, desde el oficialismo provincial no tardaron en reconocer la estrategia. Durante la reunión virtual de la Comisión de Seguridad interna de la Cámara de Diputados con el funcionario del Ministerio de Seguridad Gabriel Fuks, el quintelista Danilo Flores dijo que forma parte de un programa provincial para “controlar” a las familias de los contagiados. 

“Son controles que la comunidad necesita. El entorno de Sahad no aceptó que le mandemos voluntarios a la casa para revisar que no evadan la cuarentena y por eso se determinó la colocación de las cámaras de seguridad”, asumió Flores.