El gobierno del Frente de Todos está a una semana de conocer si logró o no su cometido a lo largo de estos últimos dos meses: revertir el cachetazo electoral que le propinó la población en las PASO como consecuencia de la crisis económica y sanitaria. En la previa, los dirigentes salen a realizar las últimas recorridas provinciales, aunque en algunas prefieren ganar a través del silencio.

El oficialismo, rehén de los tiempos electorales, relanzó su gestión con la renovación del equipo ministerial y con la llegada de Juan “Súper” Manzur, el ex gobernador de Tucumán devenido en una especie de mega jefe de Gabinete que, por momentos, ocupa el traje de Alberto Fernández en la gestión y la coordinación.

Con la llegada de Manzur, el Presidente intentó centrarse más en su rol y trató de aceitar relaciones, en especial en el tablero internacional, donde se juega la intensa y feroz negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Como contó Data Clave a lo largo de la gira europea del G-20 y la cumbre de Cambio Climático en Glasgow, el Gobierno fijó su postura en cuanto a los plazos de pago y las sobretasas. Como respuesta, varios líderes europeos acompañaron la posición y le pidieron al Fondo rever su política. Gerry Rice, vocero del organismo, ratifico que harán esa observación, pero también descartó una posible cláusula para que Argentina pueda patear el próximo vencimiento de diciembre.

Pero volviendo a la escena nacional, el Gobierno sabe que es muy difícil dar vuelta el resultado de las PASO. También está la hipótesis de que el resultado no condicionará lo que ocurra en 2023, sobre todo porque, a nivel global, muchos oficialismos mordieron el polvo ante la crisis de la pandemia.

El objetivo del Gobierno es reducir la brecha y lograr objetivos clave para no perder cierto manejo cómodo que tiene en el Congreso, en especial en la Cámara de Senadores. Una provincia clave, por ejemplo, es la provincia de La Pampa, donde Juntos por el Cambio, con una interna de cinco listas, superó al Frente de Todos por un 10% (48,82% contra  38,16%). En ese sector, curiosamente, el oficialismo decidió agachar la cabeza y dejar que la oposición siga con su interna que ya le estaría haciendo perder algunos puntos. Según algunas encuestas, el FdT habría logrado casi igualar la situación en la capital de Santa Rosa, que representa básicamente un 45% del padrón pampeano.

El oficialismo entiende que la mejora en La Pampa fue como consecuencia de la “malapraxis” del PRO, que centralizó la campaña en la necesidad de lograr cinco senadores para limitar las acciones del kirchnerismo en el recinto.

Distinto es en las provincias opositoras, donde el Frente de Todos hace un gran despliegue con funcionarios nacionales. Son los ejemplos de las provincias de Neuquén, Chubut, Salta, Río Negro y Tierra del Fuego. En varios lugares ya dijeron presentes los ministros Interior y Turismo y Deportes, Eduardo ‘Wado’ de Pedro y Matías Lammens respectivamente, anunciando el programa Previaje y preparando el escenario para lo que, según el Gobierno, será una temporada de turismo récord a nivel local.

Sin embargo, el Gobierno pone el ojo principalmente en la Provincia de Buenos Aires, donde perdieron por cinco puntos frente a la interna de Diego Santilli y el radical Facundo Manes. En el último tiempo, se intensificó la campaña en el conurbano y con participación de Alberto Fernández de por medio. La última visita estuvo en Quilmes, donde visitó obras junto a la intendenta Mayra Mendoza. El oficialismo busca estar en todos lados, aunque sabe que será poco probable revertir una derrota nacional.