Tres días después de que la Junta Electoral bonaerense diera de baja 63 listas locales, las quejas aún resuenan. No es para menos. Entre los perjudicados por la maniobra interna hay nombres de peso para el territorio. Sin embargo, no fue suficiente. En la previa del cierre de listas, el PJ bonaerense había sido claro y le había asegurado a los intendentes que no se abriría el juego local. Y pese a que hubo aventurados, las nóminas se anularon y hoy el Frente de Todos no contará con elecciones propias en casi ningún distrito.

Sucede que Mario Ishii tomó la decisión de dejar jugar a todos los aspirantes de José C. Paz y no limitar las candidaturas. La estrategia era simple: mientras más peleas internas, más posibilidad de desviar la atención de la puja en Juntos.

Pero no solo, para los cercanos la táctica de Ishii como intendente siempre fue la misma. “Maneja el municipio como una empresa. A él le suma que todos se peleen entre ellos pero que en definitiva respondan a él”, le dice una fuente externa del distrito a Data Clave.

Lo cierto es que, antes de quedar internado por una complicación en su cuadro de Covid-19 (en la actualidad continúa con cuidados domiciliarios), el jefe comunal de José C. Paz autorizó la interna local y en ese escenario quedaron cuatro listas conformadas, cada una con un referente directo con línea directa al ejecutivo municipal.

Sin embargo, durante su internación, tres de esos aspirantes decidieron unirse y presentar una sola lista, algo que no le cayó nada bien al intendente. El número 2 de Ishii, Roque Caggiano, quedó al frente de la lista que acordó con Rodolfo Pino y Pablo Mansilla. Mientras que del otro lado quedó Mariana Ávila, la directora del ANSES local y pareja de José Pérez, diputado provincial por José C. Paz y alfil del jefe comunal.

Por lo que, de esta manera, dos referentes directos del intendente pujarán por ser el principal candidato. Pero no es lo que Ishii imaginaba. Su intención era repetir lo conseguido en 2017, cuando se llevó más del 70 por ciento de los votos con varias listas internas.

Pero la gran sorpresa local la dio la aparición de una tercera lista a cargo del Movimiento Evita junto a otras agrupaciones sociales. “Al abrir la interna no pudo bajar la competencia por fuera de sus candidatos. Y ahora pusieron una pata en su territorio. Algo que no había pasado antes”, cuenta una fuente vecina al municipio. “La apuesta ahora es rumbo a 2023. Los de adentro se muestran unidos pero se matan porque todos quieren la venia para quedar al frente”, agrega.

Además, el intendente deberá lidiar con una oposición que, lenta pero segura, viene creciendo en la ciudad. Se trata de una interna local entre las listas de unidad que logró Diego Santilli a nivel local y la UCR, que no consiguió nunca posicionarse en territorio paceño.