El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, se mostró optimista, pero cauto, frente al anuncio del Gobierno sobre la baja de retenciones al sector agroindustrial y la eliminación para productos de las economías regionales. “Es un tema importante si se comprende a las cadenas de valor de estas actividades”, afirmó, pero insistió en que aún persisten desafíos clave en materia fiscal, logística y acceso al crédito.

El anuncio oficial incluye una reducción temporal de retenciones que impacta directamente en los principales cultivos del país. Por ejemplo, la soja baja del 33 al 26 %, mientras que derivados como aceites tendrán una disminución del 31 al 24,5 %. Además, productos como el trigo, maíz y girasol también verán reducciones similares, mientras que las exportaciones de frutas, vino, yerba mate y tabaco serán eximidas de forma permanente.

En una entrevista con radio AM 750, Funes de Rioja destacó: “El impuesto a los ingresos brutos es tremendamente distorsivo y en cascada”, marcando este punto como uno de los principales problemas que enfrentan las pequeñas y medianas empresas del sector industrial. Estas compañías, pilares de las economías regionales, son fundamentales para revitalizar la producción y fomentar el empleo en un contexto económico complicado.

El titular de la UIA subrayó que la clave para el desarrollo pasa por reducir los costos logísticos y laborales no salariales, que suelen representar una carga excesiva para las empresas. También señaló la urgencia de avanzar en acuerdos internacionales como el Mercosur-Unión Europea, que, según él, permitirían ampliar las oportunidades de exportación para los sectores industriales.

Funes de Rioja enfatizó que las pymes agroindustriales, motor económico de muchas provincias, deben recibir apoyo no solo con medidas impositivas, sino también mediante una estrategia que priorice la competitividad. “El tejido industrial de las pymes es clave para la Argentina. Necesitamos tecnología e inversiones, pero también herramientas concretas para integrarlas en el mercado”, aseguró.

Desde el Gobierno, las medidas apuntan a incentivar exportaciones por más de 1.100 millones de dólares, provenientes de productos como el azúcar, el cuero y el algodón, que ahora estarán libres de retenciones. Sin embargo, para Funes de Rioja, este alivio fiscal debe complementarse con políticas macroeconómicas que estabilicen el clima de negocios.

En el ámbito laboral, el presidente de la UIA celebró una leve recuperación del empleo industrial desde agosto, pero reconoció que aún falta mucho para revertir años de estancamiento. “Desde 2012, no crecemos en empleo privado. Lo que logramos hasta ahora es evitar un mayor deterioro”, señaló.

Además, puso el foco en la necesidad de mantener reglas claras para las importaciones, asegurando que estas no afecten la competitividad de la producción local. “Las importaciones deben nivelar la cancha y respetar reglas equivalentes”, advirtió.

El impacto de las nuevas medidas será evaluado en los próximos meses, particularmente en cómo afectan la relación entre las economías regionales y el sector industrial. Las reducciones de retenciones y la eliminación de alícuotas residuales representan un alivio parcial, pero para que este cambio sea sostenible, será necesario avanzar en una reforma más profunda que aborde los costos sistémicos y fortalezca las capacidades de las pymes en todo el país.