Cuando el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, institucionalizó un mes y medio atrás el Frente de Todos no solo le dio voz y voto a todos los integrantes de la coalición de gobierno a nivel provincial sino que además envió un mensaje hacia arriba. El objetivo era poder acercar una idea concreta para intentar remendar las diferencias todavía hoy existentes en el gobierno nacional.

En otras palabras, Coqui le dio un marco de poder más horizontal, al menos en lo discursivo, al frente. Una estrategia que también sirvió para dejar en claro que las diferencias son parte del camino. Y que, como dijo en las últimas horas, se “garantiza la unidad en la diversidad”.

La misma que el gobernador profesa a la hora de mostrarse, en menos de 20 días, junto al presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner. Pero no, como suele pasar con buena parte de los actores del peronismo, dentro de un cuadro de doble lealtad sino como lugar de encuentro. Un nexo coordinante para darle forma a un enunciado político que hoy busca volver a poner como sujeto principal a la oposición.

Nosotros no somos pusilánimes, no somos una expresión de debilidad. Somos la expresión de fortaleza de un pueblo que quiere vivir mejor”, expresó el gobernador tras las visita de Alberto el pasado viernes a Chaco, donde el presidente volvió a evocar al expresidente Mauricio Macri para dejar en claro que enfrente hay una “derecha maldita”.

Lejos de escaparle a todo lo relacionado con la interna oficialista, el mandatario provincial le dio un nuevo enfoque a disputa puertas adentro y manifestó que “es muy bueno que nuestro Frente exprese diversidad e intensidad en el debate”. Y agregó: “Eso significa una matriz de pensamiento donde no coincidimos en todos los temas”.

Cabe recordar que Capitanich había recibido tres semanas atrás a Cristina Kirchner, quien fue vitoreada por los presentes que también pidieron a Coqui como presidente. Pese a recibir al presidente en los últimos días, el mandatario provincial fue muy crítico con el funcionamiento del gobierno nacional. Sobre todo por la poca participación que se le dio a los gobernadores.

Coqui había preparado su visita en detalle. Los diez mil asistentes fueron la prueba. Se volvió a sentir parte de la épica kirchnerista y Cristina se lo agradeció en privado, según le confiaron a este medio. “Quedó muy contenta con todo el armado”.

Capitanich ya dejó en claro que al gobierno necesita más participación de los gobiernos locales. Y es por eso que viene jugando en favor de los intendentes, rol que conocer bien por su pasado reciente al frente de Resistencia, para poder capitalizar también el acompañamiento de los jefes comunales en la idea de salir a jugar rumbo a 2023.

Eso sí, sin entrar en un ring político interno. Con el objetivo de mantener al frente unido y de poder ser el principal beneficiado de un nuevo acuerdo de gobernabilidad en el camino hacia las próximas elecciones presidenciales.