La condena contra Cristina Fernández de Kirchner por la Causa Vialidad generó un hecho que parecía imposible de concretarse semanas atrás: la unidad del peronismo y el fin de la etapa de atomización de sus diferentes corrientes políticas-partidarias.

En la mesa del Partido Justicialista, encabezada por el titular del PJ bonaerense, Máximo Kirchner y el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, estuvieron todos los espacios que forman parte de las diferentes tradiciones peronistas. Desde La Cámpora, el espacio Principios y Valores de Guillermo Moreno, el Frente Patria Grande de Juan Grabois y otras organizaciones como Nuevo Encuentro y La Solidaria.

“Hay que animarnos a protagonizar este debate y la disputa de una construcción de una mayoría que nos permita romper nuestros propios límites”, aseguró Massa en la última reunión del PJ, bregando por la unidad y por la conformación de un espacio que compita contra el oficialismo.

X de Corta

El peronismo es un movimiento que se rehace en las derrotas. A lo largo de su historia, las crisis no lo debilitaron, sino que lo obligaron a reconfigurarse, saldar internas y encontrar nuevas formas de volver. Cada etapa de fractura política, judicial o electoral fue también una oportunidad para reordenarse. A continuación, un repaso por seis momentos históricos donde la unidad en la adversidad permitió al peronismo resurgir como ave fénix.

17 de octubre de 1945: el nacimiento popular del peronismo 

El nacimiento del periodismo se dio de la misma manera que lo que se pudo observar en los últimos días en la residencia de Cristina Kirchner: la reacción activa de los manifestantes. En ese entonces, Juan Domingo Perón había sido detenido cinco días atrás y llevado a la Isla Martín García, producto de sus diferencias con el presidente de facto Edelmiro Julián Farrell.

Perón era secretario de Trabajo y Previsión, ministro de Guerra y Vicepresidente. Su rol más destacado fue por el primer cargo, promoviendo la indemnización por despido en todos los rubros, la creación del aguinaldo y la creación de la justicia laboral, además de fomentar el sindicalismo.​

El peronismo y su talento para resurgir justo cuando todos lo dan por terminado

Ese 17 de octubre, miles de trabajadores colmaron la Plaza de Mayo para exigir la liberación de Juan Domingo Perón. La movilización masiva (historiadores de esa época hablan de más de 300 mil personas), organizada de manera espontánea y sin liderazgo visible, obligó al poder a liberarlo y catapultó a Perón como el nuevo líder del movimiento obrero. A partir de ahí nació una identidad política que, más allá de las formas, siempre encontraría su fuerza en la calle.

El regreso de Perón en 1973: reunificación tras el exilio

“Mire, mi hijo, entre la sangre y el tiempo, prefiero el tiempo. Si he sido malo no volveré, pero si he sido bueno voy a volver”, le dijo Perón a su sobrino político Ignacio Cialceta. Esa frase se la mencionó exiliado en la embajada de Paraguay, ya consumado el Golpe de Estado de 1955 por la Revolución Libertadora.

Esta Dictadura fue el puntapié inicial para la irrupción de la violencia política en la Argentina, que terminó con el golpe de Estado de 1976, el capítulo más oscuro de la historia de nuestro país. Entre 1955 y 1973 pasaron ocho presidentes, pero ninguno peronista. 

Luego de 17 años de proscripción, censura y dictaduras, Juan Perón volvió a la Argentina. Su retorno fue celebrado por multitudes, pero también marcó el inicio de una etapa marcada por la violencia política y la división interna. Sin embargo, esa misma fractura obligó al movimiento a reunificarse en torno a la figura del líder histórico. La elección de Héctor Cámpora como presidente en marzo de 1973 fue la llave para destrabar el regreso y relanzar al peronismo como opción de poder.

El peronismo y su talento para resurgir justo cuando todos lo dan por terminado

“Para un peronista no puede haber nada mejor que otro peronista”, dijo Perón al regresar al país. Sin embargo, la única verdad fue la realidad: el peronismo llegó sin un plan de gobierno claro y con diferencias sustanciales entre la agrupación Montoneros (espacio revolucionario de izquierda) y el tradicional sindicalismo peronista.

La interna Menem–Cafiero de 1988: el quiebre que renovó el partido

El peronismo venía de una fuerte frustración tras la derrota de 1983 ante la Unión Cívica Radical, representada por Raúl Alfonsín y buscaba llegar a 1989 competitivo y con chances reales de ganarle a un gobierno radical que sufrió 13 paros generales y que no lograba domar la inflación, el eterno problema de la economía argentina

Con la democracia ya restaurada, el peronismo vivía un momento de definiciones. El gobernador de Buenos Aires, Antonio Cafiero, representaba al aparato tradicional. Carlos Menem, desde La Rioja, encarnaba un discurso más popular y disruptivo. 

El peronismo y su talento para resurgir justo cuando todos lo dan por terminado

Contra todos los pronósticos, Menem ganó la interna abierta con más del 53% de los votos de los afiliados. Esa elección, la única interna nacional del PJ hasta hoy, reconfiguró la identidad partidaria y abrió paso a una nueva hegemonía que llevó a la presidencia en 1989, a quien luego sería el “peronista más neoliberal”.

La llegada de Néstor Kirchner en 2003: la reconstrucción tras el colapso 

La crisis de 2001 había arrasado con la confianza en los partidos tradicionales. El peronismo estaba fragmentado y sin liderazgo claro. En ese contexto, Néstor Kirchner llegó a la presidencia con apenas el 22% de los votos, producto de la renuncia de Carlos Menem al balotaje.

El peronismo y su talento para resurgir justo cuando todos lo dan por terminado

Desde una posición de debilidad, Kirchner logró reconstruir poder, relanzar el rol del Estado y reordenar al peronismo desde una perspectiva progresista. El movimiento a través de la política de “transversalidad”, otra vez, se había reinventado.

La fórmula Fernández–Fernández en 2019: el regreso inesperado

Luego de la derrota de 2015 y con Mauricio Macri en el poder, el peronismo parecía condenado a la dispersión. Sin embargo, en mayo de 2019, Cristina Kirchner sorprendió al anunciar que no sería candidata a presidenta y que proponía a Alberto Fernández como Jefe de Estado. 

El peronismo y su talento para resurgir justo cuando todos lo dan por terminado

La frase “con Cristina no alcanza y sin Cristina no se puede” sintetizó el espíritu de la maniobra. La unidad con el massismo, el kirchnerismo y los gobernadores peronistas fue clave para la victoria. Una jugada táctica que, en medio de fuertes internas, permitió volver al poder.

La condena a Cristina Kirchner en 2025: la unidad frente al ataque judicial 

La reciente confirmación por parte de la Corte Suprema de la condena a Cristina Fernández de Kirchner por administración fraudulenta volvió a sacudir al peronismo. Las tensiones internas parecían irreconciliables, pero el fallo judicial obligó a una rápida reorganización. Gremios, organizaciones sociales, gobernadores y dirigentes de distintas corrientes cerraron filas ante lo que consideraron una maniobra de proscripción política. La figura de CFK volvió a ser el eje de unidad frente al enemigo externo, y el peronismo, otra vez, se puso en marcha. ¿Será este, entonces, el nuevo 17 de octubre del peronismo?

El peronismo y su talento para resurgir justo cuando todos lo dan por terminado

En el escenario actual, con Javier Milei en la presidencia y una oposición dividida, el peronismo comienza a delinear una estrategia de reconstrucción. Mientras algunos sectores impulsan una renovación generacional, otros buscan preservar el legado kirchnerista. Lo cierto es que, como tantas otras veces, el movimiento parece encontrar en la adversidad el impulso para reorganizarse. Porque si algo enseña su historia, es que el peronismo no se rinde: se transforma para volver.