El Presidente encabezó el acto por el Día de la Bandera y volvió a promover la unidad

El presidente de la Nación, Alberto Fernández, encabezó el acto por el Día de la Bandera en la Quinta de Olivos en conmemoración por los 201 años del fallecimiento del general Manuel Belgrano. Bregó por la unidad e invitó a los argentinos a terminar con las diferencias, similar a su último discurso que brindó en Salta.

El evento contó con la participación de autoridades nacionales y con un acto compartido en Rosario, encabezado por el intendente de esa ciudad, Pablo Javkin, y el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti. Además, también asistieron estudiantes del nivel primario para hacer el característico juramento a la bandera.

"La bandera para mí son tres grandes ideales, que seguro también Belgrano tuvo en cuenta: el primero es la libertad, la segunda es la igualdad, y el tercer elemento es la solidaridad, que actualmente tiene un valor enorme", sintetizó el Presidente en su discurso de frente a los alumnos y funcionarios en la residencia presidencial.

En tanto, volvió a hacer un llamado a la unidad nacional: "Como prometí días atrás en Salta y se lo prometí a Güemes, que debe estar junto a Belgrano y San Martín: voy a trabajar para que en Argentina se terminen las diferencias. Lo voy a hacer, voy a hacer lo que esté a mi alcance para separar los abismos que nos separan".

"Que no dividan las diferencias, respeten las diferencias, conviven con ellas. Únanse con los otros con los que quizá no piensen como ustedes. Hoy estamos en una guerra con un ejército desconocido que nos daña y no sabemos cuándo viene y cuándo se va. Con la vacuna estamos tratando de disminuir ese peligro", concluyó el primer mandatario.

El vínculo con Santa Fe

La agenda presidencial de la última semana estuvo compuesta por actividades vinculadas a la relación política con el territorio santafesino. El último registro se dio cuando el jefe de Estado y el gobernador de esa provincia se fotografiaron en una elegante caminata por la quinta presidencial.

En el último tiempo Nación y Santa Fe tuvieron algunos roces por el famoso “semáforo epidemiológico” y las restricciones por la pandemia. Y es que la tierra que gobierna Perotti es una de las más complejas en términos sanitarios, con un total de 388.706 desde el inicio de la pandemia y con una situación límite por la ocupación de camas UTI a nivel público y privado.

Más allá de los datos epidemiológicos inobjetables, desde la gobernación santafesina vienen proponiendo poder tomar una serie de flexibilizaciones para poder reactivar sectores clave de la ciudadanía. El más cuestionado, hasta ahora, es el de la presencialidad escolar. El que decidió hacer pública esta discusión fue el intendente rosarino, quien dos días atrás, lanzó en sus redes sociales: “El mejor homenaje que le podemos hacer a Belgrano es que el martes los chicos estén de vuelta en las aulas. Para eso hay que cuidarse y no hacer reuniones, para que puedan volver”.

A pesar de esta frase, rápidamente salió a quitar esa posibilidad la ministra de Salud de Santa Fe, Sonia Martorano, advirtiendo que los números “siguen siendo muy altos”. “Tenemos 1.000 de incidencia. Duplicamos ese número de 500 que es un número elevado. En el mundo el número que se usa es 250. Yo siempre hago la referencia que Angela Merkel con 165 ya suspendía las clases”, agregó la especialista.

Pero además de la relación sobre las escuelas, Fernández también quiere afianzar sus lazos con Perotti porque, como bien se sabe, Santa Fe es una provincia mayormente vinculada a la actividad rural. Luego de la fallida expropiación de Vicentín, el capítulo de diferencias entre Nación y Perotti fue por la decisión del Ejecutivo de prohibir las exportaciones de carne por un lapso de 30 días para reordenar la política de precios en el mercado interno.

De acuerdo a lo expresado por el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, la semana entrante se reactivará la comercialización al exterior y se fijarán parámetros para que no haya perjuicio en el mercado interno, una preocupación que aturde en las paredes de Casa Rosada y de cada despacho de Gobierno.

La última foto de Fernández y Perotti fue una muestra de unidad y de alineación de Santa Fe junto a la estrategia nacional de cara a las próximas elecciones PASO. Unos comicios que tienen una particularidad: están más politizados que nunca en un contexto donde la gente siente un hartazgo general por los políticos. Mientras el Gobierno empieza a ver que los números no son los ideales en algunos distritos clave -conurbano bonaerense, por ejemplo-, en la oposición todavía no terminan de ponerse de acuerdo para combatir a un oficialismo sobrepasado por la pandemia. En ese marco, el primer mandatario busca sostener a sus aliados estratégicos en las provincias. Hace poco fue con Gustavo Sáenz, en Salta; y ahora, a la distancia, le tocó a Perotti.