La salida de Marcela Losardo del Ministerio de Justicia y la confirmación de Martín Soria como su reemplazante, generó, además de fuertes repercusiones, distintas conclusiones respecto a qué perfil adoptará ahora la política judicial del Gobierno Nacional.

La carta de presentación del ex intendente de General Roca fue la denuncia que encabezó contra el presidente de Cámara Federal de Casación Penal, Gustavo Hornos, por sus seis visitas a Mauricio Macri cuando este ocupaba el sillón de Rivadavia. 

Mientras el establishment político, judicial y empresario busca resolver a quién responde Soria, el designado hizo este lunes su primera aparición mediática en la cual dejó algunas puntas sobre cuáles son sus objetivos. Tras su "presentación", el rionegrino fue convocado a un almuerzo con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. 

A la mañana, en Radio 10, Soria dijo que “una de sus aspiraciones es terminar con el lawfare”. Pero hubo una frase que resonó aún con más fuerza en Casa Rosada. Fue al sostener que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner no busca impunidad, ni tampoco un cambio de jueces, pero sí “que sea la misma Justicia, como corresponde, la que la libere de culpa y cargo".

Esto fue horas previas al almuerzo. Junto a Cafiero, “analizaron los lineamientos que propone el presidente Fernández, para impulsar la transparencia del Poder Judicial y la búsqueda de una mayor eficiencia y celeridad en la resolución de los casos”.

Aquellas frases también se escucharon por parte de Soria en la entrevista mencionada. El -todavía- diputado nacional dijo que tiene "el enorme desafío por delante con esta transformación del Poder Judicial que desde hace muchos años viene reclamando el Presidente y que de una buena vez tenemos que arrancar".

En el Gobierno le pidieron que mantenga esa línea, y que se enfoque en impulsar las reformas que ya ha enviado el Ejecutivo al Congreso, como también la designación de un Procurador General. 

Gustó menos -según pudo confirmar Data Clave tras consultar fuentes con acceso al despacho presidencial- la frase que dejó sobre las intenciones de la vicepresidenta, referidas a que la Justicia “la libere de culpa y cargo”. Durante la comida, Cafiero le planteó al futuro ministro que sería conveniente modificar los argumentos defensivos desde el Ejecutivo. “Son causas que están viciadas de nulidad, y esa es la postura que hay que mantener, no hay que apresurarse a definiciones mientras continúan los procesos”, es el speech que se le sugirió utilizar al próximo titular de la cartera judicial. 

Si bien el Gobierno espera de Soria un perfil más combativo, ese adjetivo no lo quieren aplicar a una defensa férrea de la vicepresidenta, sino a avanzar en los cambios que el Gobierno propone para la Corte Suprema, el Ministerio Público Fiscal, el Consejo de la Magistratura y los tribunales federales, entre otros tópicos.