*La interna de Juntos por el Cambio en la Provincia de Buenos Aires sigue más caliente que nunca y ya los principales dirigentes no esconden sus diferencias públicas a la hora de establecer una estrategia electoral para llegar competitivos a las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).

El reciente renunciamiento de Mauricio Macri para competir en los próximos comicios todavía no hizo pie en las diferentes internas que tiene la coalición opositora en las distintas jurisdicciones. Vale destacar que esta decisión se da luego de una reunión que el expresidente mantuvo con Horacio Rodríguez Larreta.

Sin embargo, esta decisión de Macri no modificó la escena en algunos distritos. En la Provincia de Buenos Aires, por ejemplo, hay más de un candidato de JxC para competir por la gobernación. Si bien el mejor posicionado en términos de intención de voto es Diego Santilli, por detrás afloran las figuras del diputado nacional Cristian Ritondo, los intendentes de Lanús y Capitán Sarmiento, Néstor Grindetti y Javier Iguacel -afines a Patricia Bullrich- y más atrás los diputados nacional y provincial por la Unión Cívica Radical (UCR), Martín Tetaz y Maximiliano Abad respectivamente.

El dirigente que por estas horas pidió ordenar el “cambalache cambiemita" en el distrito bonaerense fue Miguel Ángel Pichetto, auditor general de la Nación y actual figura del espacio Peronismo Republicano, una de las patas de la coalición. En diálogo con La Nación+, planteó que, de cara a las PASO, debe ser sólo uno el candidato que llegue competitivo. Es decir, planteó que haya candidaturas unificadas y que no lleguen siete competidores a una instancia de PASO.

Hay que evaluar quién mide más, y hoy en Juntos por el Cambio creo que el candidato tiene que ser Santilli. Hay que aunar esfuerzos y unificar candidaturas, porque es una elección que se define el mismo domingo de las PASO”, manifestó.

Como contó Data Clave, la última reunión de Macri con la Mesa Provincial del PRO dejó una síntesis: habilitar, de ser necesario, que exista una interna entre Santilli y Ritondo para definir quién encabezará en la compulsa electoral contra un envalentonado Áxel Kicillof que va por la reelección.

La declaración de Pichetto no cayó bien en el amplio abanico de los precandidatos de Juntos por el Cambio. Mientras algunos se mordieron la lengua por no responder, otros quisieron salir a marcar la cancha. “Pichetto es de esas personas que invitas a tu casa y después te quiere decir quién se sienta en la cabecera”, le dijo un importante dirigente a este medio.

Todo indica que en la recta final serán Santilli y Ritondo los que confronten por la figura principal en la lista. Un dato no menor es que estos dos dirigentes tienen una relación de amistad desde hace más de 20 años y, de momento, la campaña fue a juego limpio y sin fuego amigo entre ambos. Distinto es el caso de otros precandidatos que responden a Patricia Bullrich, como los casos de Grindetti e Iguacel, quienes salieron públicamente a distanciarse del proyecto nacional que hoy encabeza el propio Rodríguez Larreta.

El renunciamiento de Macri no hace mella en la interna caliente de JxC en Provincia

Las últimas encuestas vienen mostrando un patrón que se repite y es que Santilli estaría venciendo a Ritondo por un margen de entre tres y cinco puntos, lo que obliga al PRO a pensar la idea de una PASO para ver quién es el más competitivo. ¿Por qué las dudas? A diferencia de la disputa nacional, en la Provincia de Buenos Aires no hay balotage y es a primera vuelta, por lo que gana el que saque más votos, sea el porcentaje que sea. Una diferencia de menos del 1% con respecto al segundo es más que suficiente para conquistar la gobernación. Y en Juntos por el Cambio, por más que lo nieguen en público, saben que la batalla contra Kicillof no será sencilla.

Quizás por este motivo el análisis de Juntos por el Cambio por estas horas es el de involucrar a los sectores liberales para que participen de una gran interna nacional para que se logre una fórmula y se reduzca la cantidad de propuestas electorales. Si Kicillof no desdobla la elección y en la oposición se unen todos los espacios en uno solo, su derrota estaría prácticamente asegurada por el arrastre a nivel nacional. La ventaja con la que cuenta el gobernador es que la negociación política en la oposición está lejos de ser una realidad.

Más allá de esta cuestión, el gobernador bonaerense sigue apuntalando su figura y profundiza su campaña para buscar la reelección, pese a los constantes desplantes públicos de La Cámpora y otros sectores que quieren instalar a sus propios candidatos, como el caso del Movimiento Evita.

Las diferencias que puedan tener otros espacios con Kicillof, el gobernador las licúa bajo el paragua protector de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Es más, el miércoles compartió un acto con Pablo Zurro, intendente de Pehuajó y un dirigente kirchnerista de pura cepa. ¿Le alcanzará con el aparato cristinista para tener un segundo mandato?

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