La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner dio la “indagatoria” que le negó la Justicia a través de sus redes desde el despacho que tiene en el Senado. El palacio del Congreso estuvo dominado por la escena que montó la titular del Senado para dar testimonio sobre la causa Vialidad. 

El principal evento del día era sin duda el que se iba a dar dentro del despacho de la presidencia en la Cámara alta. Sin embargo, no fueron pocos los senadores que asistieron a sus oficinas para seguir de cerca desde el Congreso lo que se iba a transmitir casi en cadena nacional. Estuvieron por el Frente de Todos Oscar Parrilli (Neuquén), Juliana Di Tullio (Buenos Aires), Martín Doñate (Rio Negro), Silvia Sapag (Neuquén) y Tresa Gonzalez (Formosa), entre otros.

La Cámara alta tenía prevista una agenda con trabajo en comisiones y actividades diversas. Entre las tres comisiones pautadas para este martes, una de ellas se canceló este lunes a último momento. Se trata de Relaciones Exteriores ya que su presidente, el oficialista Adolfo Rodríguez Saá, fue internado de urgencia en un sanatorio de la Capital Federal por un cuadro infeccioso.

La Bicameral de Niños, Niñas y Adolescentes iba a recibir el informe de la defensora del Niño, Marisa Graham, por primera vez en el año. Una figura pública que tardó más de 14 años en ser designada por el Congreso y que hoy tuvo que suspender su actividad por la coyuntura. Tampoco la discusión en la comisión de Educación y Cultura y mucho menos en la de Legislación General que cerraba el día a las 17, ya lejos del horario en el que habló CFK.

La parálisis del Senado provocó la queja de los senadores de la oposición. “El show de CFK no permite que se reúnan las cinco comisiones del Senado establecidas para hoy. La única agenda que le importa a la vicepresidenta es la suya. Esto es una muestra más del sometimiento del Senado a los intereses personales de Cristina”, reclamó el opositor Martín Lousteau en Twitter.

Tweet de Martín Lousteau

La calle Hipolito Yrigoyen y la entrada lateral del Senado permanecieron colmadas hasta que la vicepresidenta salió a saludar a los militantes kirchneristas. En el interior, los funcionarios más cercanos a la ex mandataria custodiaban cada paso. El clima se vió alterado y la actividad legislativa pasó a un segundo plano.