Minutos antes de que le tocará el turno al senador Adolfo Rodríguez Saá, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner retomó la conducción de la sesión especial del Senado que dará sanción definitiva al acuerdo con el FMI. Había estado en el inicio del debate pero se retiró cuando comenzaron los discursos.

“Voy a hablar desde mis más profundas convicciones”, dijo el senador por San Luis para dar inicio a su discurso. La presidenta del Senado escuchaba desde el estrado con atención. Antes, mientras el senador de Juntos por el Cambio, Diospino Scarpin, justificaba el préstamo tomado por Mauricio Macri, murmuraba con sus pares. El semblante cambió cuando el puntano comenzó a hacer un repaso por su recordado discurso en diciembre de 2001 ante la Asamblea Legislativa.

“La deuda externa, desde su origen en la Argentina, tuvo no sólo una profunda inmoralidad por los procedimientos corruptos sino también es discutible su legitimidad”, empezó el senador al recordar el primer empréstito tomado por la presidencia de Bernardino Rivadavia. El revisionismo histórico del puntano llegó hasta su presidencia de siete días.

“Voy a decir lo que pasó aquel día”, adelantó Rodríguez Saá y pidió permiso para leer la versión taquigráfica de su discurso como primer mandatario. En esa oportunidad, el ahora senador afirmó que no sentía que la deuda haya sido tomada por el Estado argentino. Y leyó textual “acá dice ‘aplausos prolongados’ yo miraba y aplaudían de todos los espacios”. Remarcó provocando un inusual aplauso espontaneo desde las bancas de los senadores. Algo que está vedado reglamentariamente. 

En esa oportunidad, el senador aseguró que la toma de deuda debería haber pasado por mandato constitucional vigente. Como paso de comedia, bromeo con los tomos de un libro de Juan Domingo Perón: “un senador siempre me preguntaba por qué sacaba siempre el mismo libro, no es el mismo, son muchos tomos, este es el número 24”. Las risas desde las bancas estallaron, desde el oficialismo hasta la oposición. Y por supuesto, también desde el estrado de presidencia, una risueña Fernández de Kirchner, se permitía el momento distendido para retirarse antes del cierre del discurso.

“El nunca más del endeudamiento, las causas y no los efectos, las causas, no nos endeudamos más. Tenemos que bajar el déficit del presupuesto pero no nos agarremos con los pobres, miremos las planillas de cada uno de los privilegios escondidos. Fui cinco veces gobernador de San Luis, entregando la provincia sin un solo peso de deuda”, concluyó Rodriguez Saa, pasándose casi 10 minutos del tiempo que le correspondía y sin adelantar cuál sería el sentido de su voto.