Ya todos tienen la letra chica del proyecto de acuerdo con el FMI. El articulado de la ley y las planillas anexas. Cada vez falta menos para que comience el debate en las comisiones. Pasadas las dos jornadas extensas del lunes y martes con visitas de funcionarios, gremialistas, empresarios y movimientos sociales, los bloques deberán comenzar a definir una postura. 

En el Frente de Todos la única duda que se espera saldar es qué hará el grupo de diputados que responden a Máximo Kirchner. En la conducción del bloque oficialista entienden que de los 118, hay cerca de 100 dispuestos y decididos a votar a favor del acuerdo enviado por el ministro Martín Guzmán. Lejos de los 129 que otorgan una victoria asegurada en la votación y un quórum garantizado.

En este contexto, la oposición deberá aportar algo si quiere cumplir una de las máximas consagradas en la mesa de Juntos por el Cambio: evitar un default . Y al interior de la coalición hay distintas posturas. En un extremo, la Coalición Cívica, dispuesta al voto a favor y totalmente encolumnada en aprobar el proyecto. “El default sería desastroso para la clase media”, apuntó un diputado línea directa de Elisa Carrió en off a Data Clave. En la otra punta, el sector del PRO “duro” que conducen Patricia Bullrich y Mauricio Macri. Entienden que es el FdT el que debe garantizar la aprobación con sus votos. En el medio, los radicales, con posturas más cercanas a buscar los mecanismos para que el proyecto salga con vida del Congreso.

“Si el acuerdo es invotable, la abstención es una solución”, dijo Rodrigo De Loredo, presidente de la bancada de Evolución Radical en Diputados TV. 

Si los 100 votos que pueda reunir el oficialismo se consolidan en el debate en comisión. La oposición piensa como opción una abstención masiva. Dando quórum desde la banca pero dejando que el proyecto sólo tenga la aprobación con votos del Frente de Todos. Algo así, especulan que pueda hacer La Cámpora. Una victoria “bilardista” para el gobierno.

El escollo aparece en el Senado que no escapa a la estrategia de Juntos por el Cambio. Allí las dudas en el oficialismo son más intensas y la incertidumbre mayor. Si de los 35 senadores del Frente de Todos, al menos más de 20 votan a favor, en su mayoría aquellos que responden a gobernadores peronistas, JxC deberá enviar un puñado a dar quórum y votar de alguna manera, en contra o a favor. Es que en la Cámara alta no existe la abstención y para aprobar una ley debe haber quórum al momento de la votación. Unos 37 senadores presentes, algo que el FdT no consigue en soledad estando unificado, mucho menos en el panorama de divisiones internas que enfrenta en este tema.

Las carpetas de los asesores que visitaron el Salón de Honor de la Cámara de Diputados esta semana para cerrar el cronograma de reuniones de comisión que dará inicio al debate estaban repletas de números. Como un DT de fútbol, con distintos escenarios posibles y un mismo resultado: “no caer derrotados”.

Nadie quiere que Argentina caiga en default y a su vez, nadie en la oposición confirma definitivamente un voto a favor. Y uno presume que las dos cosas no pueden pasar en simultáneo. Si el proyecto sale del Congreso, es porque lo dejaron salir.