Luego de que la Corte Suprema de la Nación decidiera a fin de año colocarlo como una instancia más de revisión de las causas que tramitan en la justicia nacional, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) dio ya los primeros pasos para reordenarse, ante un panorama que se vislumbra complicado por la cantidad de trabajo y la resistencia de jueces, fiscales y defensores. 

Los y las juezas Inés Weinberg, Alicia Ruiz, Marcela de Langhe y Santiago Otamendi recibieron esta semana a titular del Colegio Público de la Abogados de la Capital Federal (CPACF), Ricardo Gil Lavedra, quién asistió al encuentro con el encargado del colegio de abogados de la Ciudad, Alberto Garay. 

Fue el inicio de una ronda de diálogos para buscar los mejores caminos, con el objetivo de allanar el trabajo de los abogados y abogadas, a raíz de los desafíos que plantea el fallo Levinas”, explicó el CPACF en un comunicado.

Tras esto, este viernes el TSJ publicó una resolución donde dicta una serie de medidas para comenzar a adecuar sistemas y procesos a raíz de lo dispuesto en el fallo Levinas. Ese caso se denomina de esa forma porque los herederos de León Ferrari impulsaron una acción contra Gabriel Levinas por desavenencias con un cuadro. En este marco, el Tribunal Superior de Justicia de la CABA y la Sala A de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil trabaron un conflicto de competencia ante la negativa de ésta a que sus decisiones sean revisadas por el superior tribunal porteño. Frente a este desacuerdo, se envió la causa a la Corte Suprema para que definiera la cuestión.

El TSJ porteño se reorganiza tras el aluvión de casos que llegarán desde la justicia nacional

En diciembre, el Máximo Tribunal destacó la existencia de una situación anómala en la Ciudad de Buenos Aires, donde aún coexisten la justicia local y la nacional con competencia ordinaria (civil, comercial, laboral y penal), a pesar de lo establecido en el artículo 129 de la Constitución Nacional que garantiza la autonomía local, en la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires y de los compromisos asumidos por las autoridades legislativas nacional y local para traspasar las competencias judiciales.

“El TSJ es el órgano encargado de conocer en los recursos extraordinarios que se presenten ante la justicia nacional ordinaria de la ciudad y debe concentrar las facultades jurisdiccionales en torno al derecho local y común y erigirse como el superior tribunal de las causas”, sostuvieron desde la Corte. 

Esto generó muchísima molestia en los tribunales, que se oponen al traspaso de competencias y a que sus resoluciones sean revisadas por el TSJ, que arrastra una serie de críticas por su funcionamiento y por su alineamiento con el PRO.

En este sentido, más allá de los comunicados y las medidas, las asociaciones y varios particulares evalúan la posibilidad de complejizar la cuestión. Muchos señalan que el TSJ podría resolver sobre cuestiones ajenas al ámbito de la Ciudad, como es el caso de reclamos sobre empresas que operan en todo el país pero tienen sede en Buenos Aires, lo cual sería una irregularidad.

X de Ricardo Gil Lavedra