El Calafate es para Cristina Fernández de Kirchner aquel lugar al que siempre podrá volver. Su hogar. Ese que eligió junto Néstor Kirchner en 2008 y que se convirtió en su refugio interior. El mismo donde ahora descansa tras haber dado positivo de Covid, lo que la obligó a postergar su discurso como parte del encuentro del Grupo Puebla para el próximo 19 de diciembre. 

La vicepresidenta tiene en aquella ciudad del sur un lugar de amparo. Pero no es el único. En Buenos Aires, CFK encontró un nuevo bunker desde donde amplificar su voz hacia el resto de la Provincia y del país a través de un grupo de contención política liderado por el intendente de Ensenada, el distrito en cuestión, Mario Secco.

Es que, sin dudas, en los últimos tiempos, la expresidenta empezó a darle a la ciudad un toque de distinción del resto a partir de una serie de actos desarrollados allí, donde quien maneja los destinos políticos de la ciudad es uno de sus tres grandes defensores bonaerenses, junto al alcalde de Pehuajó, Pablo Zurro, y la jefa comunal de Quilmes, Mayra Mendoza.

Basta con decir que tras lo que fue su respuesta a la condena por la causa Vialidad, Cristina viajó hacia Ensenada para reunirse con un grupo de dirigentes que la esperaba para darle la contención política necesaria y también, para escuchar las nuevas directrices. Es que, como ya le dijo un intendente a este medio, “Cristina dijo que no se va a presentar como candidata, no que va a dejar de liderar el movimiento”.

Cristina nos dijo que nos tenemos que hacer cargo”, fue lo manifestó el propio Secco tras el encuentro del pasado martes en el que, según mencionó, también estuvieron Mendoza, Zurro, el presidente del PJ bonaerense Máximo Kirchner y el jefe comunal de Avellaneda, Jorge Ferraresi.

Justamente el exministro de Desarrollo Territorial fue quien estuvo al frente de lo que fue el último gran bunker del kirchnerismo durante los años en los que gobernaron Mauricio Macri y María Eugenia Vidal. Cabe recordar que la ciudad del sur se convirtió en el lugar donde se sostuvo buena parte de la liturgia del viejo Frente para la Victoria.

Hoy, Ensenada se luce como la nueva Avellaneda. “No queremos que la ciudad se vuelva la cuna de la delincuencia. Queremos una transformación y estamos trabajando para eso”, le dijo a este medio un concejal de la oposición. Se sabe, el jefe comunal de La Plata, Julio Garro, está muy interesando en torcer la historia de la ciudad vecina.

Desde allí lanzó una fuerte cantidad de dardos hacia el interior del espacio el pasado 2 de julio, cuando llamó a que el presidente Alberto Fernández comience a “usar la lapicera en favor del pueblo”. La misma ciudad en la que, un año antes, en mayo de 2021, el Frente de Todos dio una muestra de unidad con un acto del que participaron tanto el primer mandatario como CFK, además del ahora ministro de Economía, Sergio Massa, y el gobernador Axel Kicillof.

Ensenada es, en concreto, la nueva meca del kirchnerismo. Y es por esto que semanas atrás el propio Kicillof habló de extender la octava sección electoral, que hoy solo le corresponde a La Plata, con la firme intención de salir a disputar la centralidad de la ciudad de las diagonales y que la tracción política de Ensenada y Berisso juegan a favor.

El municipio gobernado por Secco, es además, un limbo de buenas noticias. La ciudad donde 10 días atrás, el intendente ofreció un bono de 100 mil pesos. Algo que, según pudo saber este medio en su momento, no había caído de la mejor manera en los distritos del Conurbano gobernador por el Frente de Todos donde, con suerte, se logró dar una bonificación de 35 mil o 40 mil pesos.

Vale mencionar que el intendente ganó sus últimas elecciones con un apoyo del 70 por ciento de los votos y se convirtió, después de lo logrado por Alejandro Dichiara en Monte Hermoso, en el segundo jefe comunal en aportar mayor cantidad de porcentaje a la boleta presidencial. Ni siquiera el 2017 fue una preocupación para Secco. En aquellas elecciones adversar para todo el peronismo, el jefe comunal cosechó 48 por ciento de los votos y aventajó por 15 a Cambiemos.

Secco llegó al poder en 2003 con la fuerza de haber sido titular del Sindicato de Trabajadores Municipales de Ensenada. Y con una particularidad que parece muy lejana. De extracto radical, es hoy el presidente del Frente Grande. Para llegar al poder, el entonces gremialista se apoyó en una alianza de peronistas, radicales, el ARI y el socialismo para vencer al entonces jefe comunal, Adalberto Del Negro, quien era bancado por Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde. El mismo que dos meses atrás fue condenado por corrupción. Lo que se dice un giro inesperado en la película política de la localidad.