El futuro de un proyecto se cocina en silencio muchas veces. En esta ocasión, un inédito acuerdo entre oficialismo y oposición en el Senado logró imponerse a las presiones de grandes intereses empresarios dando media sanción al proyecto de etiquetado frontal de alimentos con alto contenido de azúcares y grasas. Durante el miércoles corrió fuerte un rumor que en Diputados las autoridades darían un giro múltiple de seis comisiones para el proyecto complicando su tratamiento.

Finalmente, y en medio de una campaña en redes por parte de los impulsores de la iniciativa, la presidencia de la Cámara de Diputados decidió que el proyecto tenga que pasar tan solo por tres comisiones. Desde el despacho del mandamás de la Cámara baja aseguraron que fue el propio Massa el que bajó la directiva de acotar el giro. La comisión de Legislación General, presidida por Cecilia Moreau (Buenos Aires), será la cabecera del debate en lugar de la comisión de Salud, al mando del tucumano Pablo Yedlin. La nomina la completa Defensa del Consumidor que preside el radical Diego Mestre (Cordoba).

Al filo del final del año parlamentario, que termina el 30 de noviembre, el trámite depende más que nunca de los tiempos legislativos para poder concretar su sanción este año. En caso contrario, quedará expuesto a la discreción del Ejecutivo para ingresar en sesiones extraordinarias.

En el Senado el proyecto cosechó amplio consenso con 64 votos positivos y tan solo 3 rechazos, dos de ellos de senadores de Tucumán. La oficialista Beatriz Mirkin y la radical Silvia Elias de Perez. No hubo grieta para sumar su rechazo al texto acordado entre todos los bloques. En la Cámara alta el lobby no vino solo desde el norte, los legisladores que votaron a favor denunciaron presiones de grandes marcas de gaseosas, entre otras.

En su viaje por Tucuman, donde visitó al gobernador Juan Manzur, el titular de Diputados aseguró que “iba a estar acompañando el trabajo de los diputados tucumanos” sembrando las dudas en aquellos que militan la ley de etiquetado. “Hay políticas que se piensan en un marco general sin mirar las particularidades. Creo que hay que atender la potencia que tiene el sector azucarero para Tucumán”, dijo Massa en referencia al reclamo del sector en contra del proyecto.

Legisladores por Tucuman aseguran que la medida que salió del Senado es “muy dura” y que podría afectar gravemente a la industria del azúcar. Una de las principales fuentes de trabajo en la provincia. En este sentido, están de acuerdo con adecuarse a una norma de etiquetado pero “intermedia” como en el caso de Brasil.

Sobre el giro, afirman que no es un caso de “salud únicamente” y que sumar comisiones es para incluir también la situación de las industrias regionales. Destacan el contexto desfavorable de crisis absoluta en el que se intenta avanzar con la medida. “El etiquetado que se propone es muy agresivo, hay otras maneras de informar el contenido de un alimento”, afirmó un diputado crítico de la iniciativa.

La disputa se da también en las entrañas del propio oficialismo, la defensa de Massa a la industria azucarera choca con la postura de una de las líderes de la bancada oficialista en el Senado, Anabel Fernández Sagasti. Defensora e impulsora de la media sanción en la Cámara alta. Desde el despacho del mandamas de Diputados, aseguran que terció para que la cabecera del debate no quedará en manos de un diputado por Tucumán y que la discusión será liderada por la diputada Moreau.

La iniciativa establece que aquellos productos con exceso de sodio, azúcar y grasas deberán llevar un sello de advertencia negro en sus envases, con el propósito de promover la alimentación saludable y combatir la malnutrición.