Las elecciones del domingo en Santa Fe dejaron un dato alarmante: apenas el 52% del padrón acudió a votar. Es el peor nivel de participación electoral en la provincia desde el retorno de la democracia en 1983. El número, confirmado por la Secretaría Electoral santafesina, refleja un combo de frío polar, apatía social y desinterés, sobre todo en ciudades clave como Rosario y la capital provincial.

Según precisó el secretario electoral Pablo Ayala, este descenso marca una tendencia preocupante. “Veíamos una baja participación durante la mañana, a pesar de que se conformaron en tiempo y forma las mesas. Hubiésemos querido que la participación fuera mayor, y se manifestó como en 2001 con el voto en blanco, en este caso con la inasistencia”, sostuvo el funcionario. Además, indicó que todas las mesas estaban listas antes de las 8:45, pero que muchas autoridades designadas no se presentaron, algunas por enfermedad y otras sin aviso, lo que complicó el arranque en algunas escuelas.

La jornada, atravesada por temperaturas bajo cero que llegaron a los -2 °C, se desarrolló en el marco de elecciones locales para renovar concejales e intendencias. Sin embargo, el efecto del clima no fue el único factor. El hartazgo político y la falta de conexión con la dirigencia también jugaron fuerte. “La gente está votando mucho menos en 42 años de democracia, y esto nos tiene que interpelar a todos quienes representamos a diferentes partidos políticos”, admitió el gobernador Maximiliano Pullaro, quien apuntó también a que en 146 localidades ya estaban definidos los resultados, lo cual habría contribuido a desincentivar la concurrencia.

Uno de los sectores donde más se sintió el ausentismo fue el de los jóvenes de entre 20 y 30 años, un fenómeno que ya se había registrado en las PASO de abril, donde la participación apenas superó el 55%. En esta nueva vuelta, cayó tres puntos más. En Rosario, que concentra el 35% del padrón santafesino, y en Santa Fe capital, la concurrencia no llegó ni al 50%.

“Tenemos que pensar los mejores mecanismos electorales y reflexionar cuántas veces vamos a convocar a la gente por año a votar. La población no está interesada y tenemos que trabajar para volver a enamorar a la gente”, reconoció la vicegobernadora Gisela Scaglia, visiblemente preocupada por los números.

Durante el día, los candidatos intentaron remontar la curva. Después del mediodía, varios salieron a las redes y medios a pedirle a la gente que se acercara a votar. Entre ellos, Carolina Labayru (Unidos para Cambiar Santa Fe), Juan Pedro Aleart (La Libertad Avanza), Juan Monteverde (Más para Santa Fe), Lisandro Cavatorta (ERRE), Carla Deiana (Frente de los Trabajadores) y Roberto Sukerman (PAIS). Pero el efecto fue casi nulo: a una hora y media del cierre, solo el 46% del padrón había emitido su voto.

La provincia del norte, Formosa, también votó ese domingo y mostró una situación similar. Aunque con menor caída que Santa Fe, el ausentismo fue notorio en comparación con elecciones anteriores. Allí se eligieron 15 diputados provinciales, 62 concejales y 30 convencionales constituyentes, estos últimos con la tarea de reformar la Constitución provincial. Un proceso que despierta polémica por los antecedentes de reelección indefinida del gobernador Gildo Insfrán, ahora frenada por la Corte Suprema.

El contexto formoseño también sumó su cuota de anomalías. Hubo lluvias y anegamientos, demoras en la apertura de mesas y denuncias de la oposición por robo de boletas e incluso el insólito episodio de una presidenta de mesa que se llevó la urna al baño. Insfrán, tras votar, apuntó contra el Gobierno nacional por el ajuste, la paralización de 53 obras públicas y la “mentira del déficit cero”.

Los datos marcan que el ausentismo electoral en Argentina es tendencia en 2025. En lo que va del año, el promedio de participación en las urnas ronda el 58%, es decir, dos de cada cinco personas no votaron. El calendario arrancó con las PASO de Santa Fe el 13 de abril y continuó con elecciones en Salta (59%), Chaco (52%), San Luis (65%), Jujuy (65%), Ciudad de Buenos Aires (53%), Misiones (55%) y ahora se suman Santa Fe y Formosa.

X de Pablo Salinas

El fenómeno pone en crisis a un sistema democrático que, tras cuatro décadas, parece perder tracción entre una sociedad golpeada por la inflación, el ajuste y el desencanto. Mientras tanto, las urnas hablan, aunque cada vez con menos voces.