Pasaron 30 años del ataque terrorista a la Embajada de Israel en Buenos Aires, que causó 22 muertos y cientos de heridos. Aquel 17 de marzo de 1992 una camioneta ascendió a la vereda frente a la sede del consulado del Estado de Israel en Argentina y se produjo la explosión.

Como todos los años, el acto se realizó en la calle Arroyo al 900. Se entonaron los himnos nacionales de Argentina e Israel, y fueron leídos los nombres de todas las víctimas. "Presente", contestaron los participantes tras la mención de cada uno de los fallecidos.

Participaron del acto el canciller Santiago Cafiero, el ministro de Justicia, Martín Soria; el ministro de Defensa, Jorge Taiana; el ministro del Interior, Eduardo de Pedro; el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; y el viceprimer ministro de Israel, Gideon Sa'ar. 

"Nuestro Gobierno nacional, el Estado argentino, está comprometido con el deber de trabajar para lograr una justicia, que aunque sea lenta, deba llegar necesariamente a la verdad", manifestó el ministro Soria, quien tomó la palabra en representación del Gobierno nacional.

Soria reclamó al Poder Judicial "investigar y encontrar a los culpables" de los atentados terroristas cometidos en Argentina contra la Embajada de Israel y la AMIA, en 1992 y 1994, respectivamente. La causa se encuentra en manos de la Corte Suprema y tramita en un loop de solicitudes y exhortos a otros países en búsqueda de información, la mayoría sin respuesta.

Por su parte, el viceprimer ministro Sa'ar y la embajadora Galit Ronen apuntaron contra Irán y la milicia libanesa Hezbollah como responsables por el ataque: "Su nombre es Hezbollah y su apellido es Irán".

Desde sus redes sociales, el presidente Alberto Fernández ratificó su "compromiso contra la impunidad". "Seguimos reclamando justicia y buscando a los responsables de este hecho atroz que le quitó la vida a 29 personas. En Argentina respetamos y celebramos la diversidad de credos y culturas", dijo el mandatario.

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