Por 52 votos a favor, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó el proyecto de ley sobre el Plan Integral de Convivencia Vial.

Se trata de una iniciativa del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que fue aprobada casi por unanimidad, con el apoyo de los bloques oficialistas Vamos Juntos, UCR-Evolución, Partido Socialista y GEN; y también del Frente de Todos, principal fuerza opositora. Las cuatro abstenciones fueron de los legisladores del Frente de Izquierda y Autodeterminación y Libertad.

El texto prevé algunos cambios en las normas actuales, tales como la inhabilitación temporal de las licencias de aquellos conductores que den positivo en el test de alcoholemia, la realización de los exámenes de manejo en la calle y evaluaciones teóricas con mayor exigencia.

De este modo, la normativa implica modificaciones al Código de Tránsito, el Régimen de Faltas y el Código Contravencional, y dispone un "sistema gradual con inhabilitación" de las licencias de conducir para los conductores que den positivo en el test de alcoholemia, que irá de dos a cuatro meses, según el dosaje de alcohol detectado.

También habrá multas de entre 8.000 y 53.000 pesos, también de acuerdo al dosaje de alcohol. Se mantendrá el acarreo de vehículo y la retención de la licencia de conducir.

En cuanto al otorgamiento de licencias, la ley establece que el examen práctico de manejo será en la calle, y no en circuitos cerrados. Dicho examen se hará en autos de doble comando, tercerizados por el Gobierno porteño.

Se establece mayor exigencia en el examen teórico, ya que las preguntas pasarán de 30 a 40 y requerirá un porcentaje mayor de respuestas correctas, ya que hoy se aprueba con 75% y en el futuro se hará con el 85%.

Asimismo se incorporaron modificaciones respecto a las academias de manejo. Sobre la extensión de la vigencia de las licencias, el texto dispone que "podrá variar en función del desempeño en calle del conductor".