Esta semana la trama de las vacunas contra el Covid-19 en Argentina tuvo dos capítulos. Por un lado, el frustrado acuerdo con Pfizer, pese a que el país fue de los que más voluntarios aportó en las pruebas de fase 3. En ese sentido, el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak dijo sentirse "defraudado" y explicó: “Tuvo 2 formas de negociar: cuando quiso hacer el estudio, y la Provincia apoyó; y luego cuando dijeron que no negociaban con la Provincia de Buenos Aires. Se pusieron muy rígidos. A nosotros nos pidieron que pongamos el sistema de salud y nuestro pueblo para probar la vacuna. Yo me siento defraudado".

En la semana, el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, aseguró que el diálogo no prosperó porque desde Pfizer exigieron condiciones "inaceptables" y que el Gobierno pidió que esa circunstancia "porque la voluntad política de la Argentina es tenerla",

El segundo episodio tiene que ver con los detalles que se están ultimando respecto a la llegada de las dosis de la Sputnik-V, desarrollada en el Instituto Gamaleya, en Rusia. En ese sentido, el funcionario apostó a "que para marzo vamos a tener vacunados a todos los mayores de 60 años. Si no sucede nada fuera de lo previsto, es que lleguen 15 millones de dosis de la vacuna rusa para marzo”.

Y pronosticó que  “cuando tengamos una segunda ola en invierno va a ser completamente distinto en términos de letalidad, porque las personas de riesgo van a estar vacunadas. Se va a ir monitoreando el rendimiento de la vacuna”.