El 12 de noviembre Evo Morales llegó a México, exiliado de Bolivia tras frustrarse la convocatoria a unas nuevas elecciones. Esa convocatoria llegaba luego de las sospechas que había despertado el escrutinio provisorio que le daba un nuevo mandato.

Casi un año pasó de aquella fecha, y no ha sido sencillo para el país vecino, que tenía en el calendario regresar a las urnas en marzo, cuya fecha se fue postergando producto de la crisis de la pandemia del Covid-19 y también del espeso clima político que se vivía.

Finalmente, ese turno llegó. Luis Arce fue el candidato del MAS y Carlos Mesa encabezó a la principal alianza opositora: Comunidad Ciudadana. Más atrás aparecería Luis Camacho, el representante de la derecha boliviana, cuya candidatura se vio beneficiada tras la resignación de la actual presidenta interina, Jeanine Áñez.

En las primeras horas del lunes, apenas se conocían números oficiales de los comicios. La decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de descartar el escrutinio provisorio (por sus antecedentes) postergaba al miércoles la fecha última para conocer el 100% de los votos. No obstante, en el espacio de Arce se confiaban de una buena elección capaz de sortear la segunda vuelta, es decir, superar el 40% con una diferencia de más del 10% sobre Mesa, su principal competidor.

Ese optimismo también alcanzaba a la delegación argentina que ofició de veedor internacional, pero que simpatiza con el candidato de Evo Morales. Aseguraron, en diálogo con Data Clave, que la jornada electoral transcurrió con normalidad, con alta participación ciudadana y sin incidentes graves.

Lo que llamaba la atención, al cierre de esta nota, era la demora en la divulgación de los resultados de las encuestas “boca de urna”, el sondeo que se realiza ante el electorado una vez emitido el voto.

Jornada electoral

Un total de 7.332.925 bolivianos están habilitados para votar en estos comicios en el que el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, aparece en los sondeos como el probable ganador, aunque deberá alcanzar el 40% de los votos con 10 puntos de diferencia de su seguidor para ganar directamente en esta primera vuelta. En caso de ir a segunda vuelta, convocada para el 29 de noviembre, las chances del MAS de volver al gobierno son menos ciertas.

La participación ha sido alta, coincidieron desde los distintos partidos que compiten y los veedores oficiales. “Han habido algunas pequeñas irregularidades pero nada generalizado, ni que implique una modificación en los resultados. Y sobre todo, ningún incidente", aseguró la diputada argentina Paula Penacca, que viajó al país vecino en carácter de veedora.

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Por otra parte, el Tribunal Electoral suspendió a último momento el conteo preliminar y los resultados oficiales podrían demorar varios días. El TSE reemplazó en marzo de este año el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), en el que las actas de mesa se fotografiaban y se remitían por internet para elaborar el escrutinio provisional, por el Direpre, que según las críticas lentifica el proceso y puede propiciar la difusión de resultados parciales que enciendan la mecha de alguna reacción.

(Foto: Télam)
(Foto: Télam)

Sobre esta decisión, Evo Morales opinó -desde Buenos Aires e imposibilitado de votar- que "es altamente preocupante que el @TSEBolivia decida suspender el sistema Difusión de Resultados Preliminares (Direpre) a horas de elecciones. Hicimos observaciones públicas que no fueron atendidas  oportunamente. Esta decisión de última hora despierta dudas sobre sus intenciones".

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Tal como en las frustradas elecciones del año pasado, el segundo en las intenciones de voto es el ex presidente Carlos Mesa, candidato de Conciencia Ciudadana, señalado como el candidato moderado dentro del espacio liberal.

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Y el tercero, que puede incidir en el resultado, es el ex prefecto de Santa Cruz de la Sierra Luis Fernando Camacho, que se postula por Creemos y representa al ala radicalizada de la derecha boliviana. El resto de los candidatos son Chi Hyun Chung, del Frente para la Victoria; Feliciano Mamani, del Partido Acción Nacional Boliviana, y María de la Cruz Bayá, de Acción Democrática Nacionalista.

Sobre este caso, del lado argentino, el ala radical de Juntos por el Cambio, encabezada por Patricia Bullrich y Fernando Iglesias, exigieron al Gobierno que informen si el ex mandatario boliviano iba a viajar para presenciar las elecciones.

Por el lado del Frente de Todos, varios legisladores se hicieron presentes en el país del Norte y tuvieron inconvenientes con la policía, sobretodo por el lado de Federico Fagioli, que estuvo demorado por más de 10 horas, según su versión.

La postura del Gobierno boliviano, encabezado por su ministro del Interior Murillo, fue que "jamás se detuvo a ningún diputado argentino" y que "Fagioli mintió en Migraciones". Esta postura es similar con el partido español “Podemos”, perteneciente a la izquierda.

El candidato Arce recibió esta tarde a la delegación argentina y afirmó que "el seguimiento de las delegaciones de varios pueblos hermanos contribuye a garantizar  transparencia en el proceso electoral".

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