Entre advertencias y reclamos, Cristina Kirchner criticó al Gobierno y pidió unidad dentro del PJ
En un acto cargado de críticas y guiños internos, la expresidenta rompió el silencio. Cuestionó con dureza el rumbo económico de Javier Milei, envió un mensaje directo a la interna peronista y llamó a “volver a ser militantes políticos” en vez de simples armadores de campañas.
Cristina Kirchner volvió al centro de la escena con un discurso afilado, filoso y sin concesiones. En un acto por el Encuentro de la Cultura Popular en el Barrio Saldías de la Ciudad de Buenos Aires, la ex presidenta aprovechó su reaparición pública no solo para homenajear a Néstor Kirchner a 22 años de su asunción, sino también para desplegar una batería de críticas contra la administración de Javier Milei y dejar un mensaje cargado de reproches a la dirigencia del peronismo. “Hay que dejar de lado las mezquindades y los egos”, soltó, en un tiro por elevación a la interna del PJ.
Con tono irónico, encendido y por momentos provocador, Cristina arrancó el discurso valorando los aportes culturales del kirchnerismo. En ese contexto, arremetió con fuerza contra la gestión libertaria: “¿Se dieron cuenta de que estos tipos no construyeron nada? Su única obra es cambiarle el nombre a lo que otros hicieron. Qué mediocres, qué chatos”, lanzó. “¿Quién se va a acordar de estos tipos dentro de 20 años?”, preguntó, aludiendo al legado efímero del oficialismo. Incluso se permitió ironizar con el relanzamiento de Zamba: “Me lo quieren poner más clarito, me lo han maquillado, y en cualquier momento aparece de ojos celestes”, dijo entre risas.
La ex mandataria puso especial énfasis en cuestionar el modelo económico actual. “Este modelo ya fracasó y va a fracasar una vez más”, sentenció. Desde su visión, “solo le sirve al 30% de la población, el otro 70 queda fuera”. Como prueba, apuntó que incluso en los barrios populares donde Milei había arrasado en 2023, ahora perdió apoyo. “Se termina la changa, no se puede contratar ni a la niñera ni al jardinero. Eso va a seguir”, advirtió.
Pero el momento más duro del discurso llegó cuando habló de endeudamiento y riesgo país. “El décimo default no es una fantasía demasiado lejana”, alertó. Al referirse al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), deslizó con sarcasmo: “Al tercer año no se liquida un dólar más en la Argentina. ¿Territorio tal vez? ¿Les darán un pedazo de Ushuaia para hacer alguna base como les dio el payaso de Zelenski al otro?”.
Además, cuestionó el relato libertario y planteó que el peronismo también debe repensarse: “Tenemos que ver cómo logramos un Estado eficiente. Pareciera que quienes votaron a Milei tampoco quieren volver con nosotros. ¿Por qué?”, se preguntó. Y agregó: “Seguir hablando del Estado presente significa no estar acorde con lo que pasa en la sociedad”, una autocrítica que resuena fuerte.
El cierre fue, también, un mensaje interno directo al corazón del peronismo. “Tenemos que dejar de ser militantes electorales para volver a ser militantes políticos. Hay que tener capacidad de análisis, ver más allá de la próxima elección y dejar de lado los egos y las mezquindades”, exigió. Fue un dardo claro para una dirigencia dividida, que no termina de digerir los liderazgos y que viene chocando por nombres y no por ideas.
En otro tramo encendido, Cristina también apuntó contra la “batalla cultural” del Gobierno. “Un grupo de enajenados cree que va a poder sustituir la identidad cultural de nuestro pueblo. Estúpidos. No van a poder”, lanzó. Y para cerrar con épica kirchnerista, remató: “Más temprano que tarde, el campo nacional y popular emerge. Y cuando eso sucede, es indetenible”.
El acto se dio en medio de una tensión creciente dentro del Partido Justicialista, que aún no logra reorganizarse tras la derrota electoral de 2023. Mientras el gobernador Axel Kicillof gana protagonismo como figura opositora, el mensaje de Cristina pareció buscar ordenar filas, aunque sin nombrar directamente a nadie. Su irrupción, cargada de contenido y también de señales, vuelve a ubicarla como pieza clave en el debate sobre el futuro del peronismo.