Memorándum con Irán, Dólar Futuro, Vialidad, Hotesur, Los Sauces, Cuadernos. Esas eran las causas que tenía Cristina Fernández de Kirchner en la etapa de juicio cuando asumió como vicepresidenta de la Nación, a lo que se le sumaban otros expedientes en la etapa de instrucción (o sea, todavía investigándose). Pandemia de por medio, y con Tribunales en la etapa de mirar de reojo el calendario electoral, muchos de esos procesos fueron desestimados o freezados, una diferencia sustancial al respecto de la velocidad que manejaron durante el gobierno de Mauricio Macri.

Esta semana, Dólar Futuro quedó al borde de la inexistencia. Luego del sobreseimiento dictado por la Cámara de Casación en abril, los mismos jueces sostuvieron que no correspondía que la Corte Suprema se metiera en el asunto, algo que reclamaba el fiscal Raúl Plee. Todavía queda un último camino: el recurso de queja es una posibilidad muy remota de acceder al Máximo Tribunal, que no suele tomarlos para análisis. Resta saber entonces si la Fiscalía tomará ese camino o si la causa queda cerrada definitivamente.

El otro run-run tribunalicio gira ahora alrededor de la causa por el Memorándum con Irán, que partió de la denuncia que hizo allá por enero de 2015 el fallecido fiscal Alberto Nisman. De inexistencia de delito a Claudio Bonadio y sus detenciones hasta llegar al Tribunal Oral Federal 8, el recorrido fue siempre más político que jurídico, motivo por el cual ningún Tribunal quería quedarse con el expediente.

Ahora, los jueces Gabriela López Iñíguez, Daniel Obligado y José Michilini tendrán que definir sobre una serie de pedidos que incluyen la realización de una audiencia pública como reclamó la defensa de Cristina y la incorporación de los registros de visitas de Olivos y Casa Rosada durante el gobierno de Mauricio Macri. Esa circunstancia fue pedida por el fiscal Marcelo Colombo debido a las reuniones que mantuvieron los jueces de Casación Mariano Borinsky y Gustavo Hornos, magistrados que propiciaron el avance de la causa.

Las defensas sostuvieron que esas intervenciones en la causa deberían demoler toda la causa. Quedará entonces en manos de los jueces qué medidas toman y cuanto afectan una causa en donde el sustento jurídico fue siempre escaso. El encubrimiento por el que fueron acusados Cristina, Andrés Larroque, Juan Martín Mena se sustentó en una supuesta caída de las alertas roja de Interpol contra los imputados por el atentado a la sede de la Amia. Las alertas nunca cayeron y el Memorándum se declaró inconstitucional antes siquiera de ponerse en funciones. Ronald Noble, titular de Interpol en ese momento, se manifestó públicamente varias veces sobre la no caída de las alertas. Su testimonial, sin embargo, jamás fue incluida e incluso desde distintos sectores se evitó su declaración en sede judicial.

La causa Vialidad transita ahora por momentos de relativa quietud, como suelen serlo aquellos debates donde hay kilométrica lista de testigos. Nadie en Comodoro Py espera que el juicio termine este año pero si hay dos posiciones claramente encontradas en cuanto a su desarrollo. Por un lado, las defensas consideran que los testimonios aportaron hasta ahora cero contenido. Desde las distintas ramas de la acusación (querellas y fiscalía) fueron algo más cautelosos ante la consulta de Data Clave al respecto. “Nada definido” sostuvieron. Cuadernos, Los Sauces y Hotesur ni siquiera tienen todavía fecha de juicio, por lo que los tiempos vuelven a estirarse.

Está claro que hay una evidente disociación entre lo que sucedía hasta 2020 y lo que pasa ahora. Más allá de esto, quedó cristalizada una molestia entre distintos sectores que habitan Comodoro Py y sus alrededores es palpable. “Tirar para arriba” es la expresión que usan fiscales de juicio y jueces de debate cuando tienen que describir la actuación de sus colegas a cargo de las investigaciones. “En instrucción arman algo y lo tiran para arriba para que nos arreglemos” rezongan en la etapa de debate. Las quejas giran en torno a las inconsistencias que son elevadas a juicio, muchas veces por la presión que significa tener una causa de relevancia política/institucional. “Si les da miedo firmar un sobreseimiento en una causa, no deberían ser jueces”, apunta desde el Palacio de Tribunales un magistrado que mira con ira lo que pasa en Retiro.

Lo último que circuló este viernes en whatsapp judiciales fue un escrito que el famoso Antonio “Jaime” Stiuso presentó en un expediente judicial, recientemente cerrado. Esta semana, el juez federal Sebastián Ramos sobreseyó a la vicepresidenta, a Mena y a Parrilli en una expediente impulsado por el ex hombre fuerte de la “SIDE” donde se los acusaba de perseguirlos.

Stiuso podía apelar el cierre de la causa pero prefirió no hacerlo. “Creo estar aportando mi granito de arena para dejar atrás el pasado”, sostuvo aunque después le agregó que “dejar atrás el pasado no es olvidar ni negar lo ocurrido”. El escrito generó múltiples teorías: la relación entre Jaime y el kirchnerismo se rompió a mediados de 2012. ¿Será esto una especie de tregua?