El juez federal Juan Pablo Augé se prepara para recibirle indagatoria la próxima semana por tercera vez a Gustavo Arribas y a Silvia Majdalani en el marco de la investigación por el espionaje ilegal llevado adelante por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante el gobierno de Mauricio Macri. En este caso, el juez los indagará por la trama de espionaje penitenciario de la causa. Los titulares de la AFI ya fueron procesados por el tramo de seguimientos al Instituto Patria y al domicilio de Cristina Fernández de Kirchner. Además, está pendiente de resolución su responsabilidad en la parte central del expediente que abarca los espionajes a políticos y a miembros de organizaciones sociales.

Esta semana, además, el juez aceptó que Juan Sebastián De Stéfano, encargado de Asuntos Jurídicos de la AFI, tenga que ser indagado no solo por el espionaje en las cárceles sino también por el rol que tuvo en el espionaje al Patria y a la actual vicepresidenta. De Stéfano es un hombre muy cercano a Daniel Angelici, que por ahora aparece de manera secundaria en Lomas. Su injerencia en las cuestiones de espionaje (y en la AFI) fueron profundizadas por otro juez: el recientemente nominado al Juzgado Federal de La Plata, Alejo Ramos Padilla. 

Cuando tuvo que presentarse ante la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos de Inteligencia, “el Enano” De Stéfano sostuvo que su labor simplemente limitó a elevar informes que le llegaban desde otras áreas de la agencia. Conseguir que se presentara no fue fácil: tuvieron que intimarlo recordándole que su ausencia podía derivar en una denuncia penal.

Dentro del espionaje penitenciario hay otras cuestiones a tener en cuenta que varios abogados con acceso a la causa comienzan a observar. Más allá de los claramente perjudicados e investigados (que van desde Amado Boudou hasta Lázaro Báez), la idea de los abogados que los representan es profundizar sobre las responsabilidades penales de ciertos agentes políticos. Hasta ahora, la rama penitenciaria tiene dos grandes grupos de imputados: la rama AFI (con los espías y los responsables de la Agencia) y la rama de los penitenciarios, entre los que está el ex jefe del Servicio, Emiliano Blanco. El engranaje que ahora se pretende profundizar involucra a otras áreas del por entonces Ejecutivo que tenían injerencia directa en lo que sucedía, por ejemplo, dentro del penal de Ezeiza.

Mientras se sigue adelante con esta nueva ronda de indagatorias, en Comodoro Py se juegan diversos partidos que definirán el futuro del expediente. Por un lado, porque una sala de Casación puso a girar la rueda para que el espionaje penitenciario también pase a Retiro. Por otro, porque otra sala tiene que definir donde se investiga el tramo principal. Cualquier decisión que se tome arrastrará, por supuesto, a toda la causa.