El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) dio a conocer este domingo el "FinCEN Files", una extensa filtración que revela un complejo entramado de lavado de dinero que incluye a bancos y empresas de todo el mundo. Los documentos surgen de la Unidad de Inteligencia Financiera del Tesoro de los Estados Unidos (cuya abreviación es FinCEN), y fueron revelados por el conglomerado de más de 100 medios, entre los que incluye a los argentinos La Nación, Infobae y Perfil.

Entre ese millón de papeles que se filtraron, aparecieron documentos que revelan transacciones millonarias entre la agroexportadora argentina, Vicentin, y la transnacional Glencore, denunciados por lavado y evasión fiscal. Estos episodios sucedieron varios años antes de que la empresa declare su insolvencia fiscal, entre en el proceso de concurso de quiebra y el Gobierno de Alberto Fernández intente -la luego frustrada- intervención y expropiación de la empresa santafesina.

El capítulo Vicentin surge entre 2014 y 2015, a través de dos reportes del Deutsche Bank de Nueva York que indican “operaciones sospechosas” y que involucraron a Glencore Grain, acusando a esta mega empresa agrícola de “haber pagado sobornos a funcionarios en el extranjero”.

La filial paraguaya de Vicentin está entre las seis contrapartes mencionadas por recibir transacciones que alcanzan los US$567 millones. Entre mayo y junio del 2015, según Infobae, Vicentin Paraguay habría recibido US$12.600.000 aproximadamente por parte de Glencore.  El FinCen catalogó estas operaciones como sospechosas debido a que “el propósito comercial de las transacciones no pudo ser confirmado” y “la relación entre las partes no pudo ser determinada”. Actualmente, estas operaciones están siendo investigadas por el FinCEN.

La empresa negó las acusaciones ante los medios argentinos que integran el ICIJ, y defendió a Glencore al sostener que “es uno de los traders más importantes del mundo en este negocio. No solo nosotros tenemos relaciones con Glencore, todo el mercado la tiene. Además somos socios en Renova”.

Semanas atrás, cuando aún estaba vigente el plan oficialista de intervenir Vicentin, uno de los directores del Banco Nación, Claudio Lozano, había sostenido que la agroexportardora asentada en Santa Fe es "un símbolo del saqueo, de las prácticas que despliegan los capitales más concentrados. Acumulan a expensas nuestras y del Estado, demandan subsidios o créditos que luego no pagan, fugan buena parte de los recursos que acumulan y resisten cualquier intento de progresividad en materia de impuestos. Una lógica de saqueo que impone desigualdad y que, además, solo puede sostenerse en base al endeudamiento estatal".