El presidente de la Nación, Alberto Fernández, se pronunció a favor de que el Estado adquiera el control de la empresa alimenticia Vicentín, pero descartó que sea vía expropiación, sino en el avance del cramdown que estableció la Corte Suprema de Justicia de Sant Fe.

En una entrevista con Página 12, el jefe de Estado planteó que contar con "una empresa testigo que te ordene el mercado no es algo menor", dado que "no se trata de la Junta Nacional de Granos, sino de buscar más herramientas". 

"Nosotros en materia alimenticia tenemos que hacer algo que nos permita de algún modo intervenir para ordenar estas cosas. En su momento, la alternativa (de estatizar) Vicentin la descarté. En ese momento, dije lo descarto, porque era hacerle un favor a los acreedores, no a la Argentina”, señaló.

Como contó Data Clave, la Corte santafesina suspendió este jueves el concurso de acreedores de la empresa Vicentin y todos los plazos procesales, y le ordenó al juez de Reconquista, Fabián Lorenzini, que le remita todas las actuaciones de la causa.

En ese marco, el Presidente planteó que "en el escenario actual, en el que la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe ha intervenido y se podría dar la posibilidad de cramdown –que es una propuesta de solución de la deuda hecha por los acreedores principales, en este caso el Banco Nación-, yo dije estudiémoslo porque es posible".

Alberto Fernández sobre la redistribución de la riqueza

"Lo que no es posible es esta lógica de ‘expropiemos empresas de cualquier modo’ porque después se paga lo que no corresponde. Y yo no quiero hacer eso”, señaló el primer mandatario, en contra de la idea inicial que propuso el kirchnerismo a través de la senadora Anabel Fernández Sagasti.

“El Banco Nación es un acreedor privilegiado y puede ser determinante de la quiebra o de la continuidad. Ahora, si somos garantes de la continuidad, entonces pondremos las condiciones para que sea posible”, agregó.

Como argumento, Alberto Fernández planteó que decidió retroceder con la estatización de Vicentin ante la posibilidad de que una decisión en tal sentido “podía obligar a los argentinos a pagar una deuda cuantiosa, que no era razonable”.

“Retrocedí de la estatización, pero seguimos trabajando la alternativa del cramdown y ahora hay un escenario donde, tal vez, podamos hacer algo. No digo que esté seguro, pero sí que tenemos un escenario más favorable que aquél”, completó.

En cuanto a la inflación y la suba permanente de los alimentos, potenciada por la invasión de Rusia a Ucrania, el primer mandatario advirtió que “el problema existe, no me hago el distraído y asumo la realidad”.

Alberto Fernández: "trabajo todos los días para resolver el problema de los precios"

“El Indec dice lo que dice, lo asumo y trabajo todos los días para resolver eso en un escenario de enorme complejidad y en un escenario interno donde son pocos los que solidariamente dicen: 'vamos a ayudar a arreglar las cosas'. Como peronista que soy, considero que nadie se realiza en una comunidad que no se realizan todos. Y ellos apuntan a lograr que la sociedad argentina no se realice”, planteó.

En lo que respecta al diálogo con el sector privado, Fernández dijo que "hay empresarios que ganan demasiado y hacen padecer a la gente", por lo que "hay que buscar la manera de que todos nos comprometamos a implementar un mecanismo de excepción que nos permita sortear este momento”.

En ese marco, planteó la idea de seguir dialogando con el sector empresario: “El mecanismo tiene que ser buscar el consenso. Estamos en una guerra, ellos están ganando demasiado y eso le hace padecer a la gente. No pretendo que pierdan, pero pongamos un límite a su utilidad, vendiendo el producto a un precio acorde con que el consumidor final no pierda tanto”.

“Yo veo que el diálogo no funciona, pero los sistemas de fijación de precios tampoco funcionan. Las dos cosas son ciertas. En la Argentina hay dos presidentes que aplicaron la Ley de Abastecimiento: Perón y yo. He aplicado multas a diestra y siniestra, y no pararon los aumentos. El mecanismo tiene que ser buscar el consenso”, recalcó.

Y por último, cerró: “Hay un problema estructural en Argentina, que se ha desarrollado a lo largo de los años. No es una cuestión de hoy. Que en Argentina haya una gran empresa láctea, que concentra muchísimo el mercado lácteo, es la consecuencia de que hubo una época en que se cerraron 27 mil tambos en Argentina. El resultado es la concentración. Y que la leche se traslade irracionalmente cientos de kilómetros desde donde se produce, hasta donde se pasteuriza y luego hasta donde se consume, es irracional”.