Desde que el proyecto de ley por el fin de la reelección indefinida se convirtió en ley en 2016, fueron muchos los que aseguraron que, con el correr de los años, la norma se caería. Sin embargo, la presentación de listas bonaerenses dio por iniciado un proceso histórico que pone un límite de dos mandatos consecutivos a la participación de los dirigentes políticos.

En concreto, solo 1 de cada 3 legisladores actuales intentará renovar su banca en las próximas elecciones. De esta manera, se llevará a cabo una gran renovación en ambas cámaras bonaerenses. Más, si se tiene en cuenta, que no todos los aspirantes podrán conseguir ingresar.

En esa línea, la Legislatura renovará 23 senadores y 46 diputados. De esos 69, solo 23 pudieron conseguir su ticket rumbo a la renovación. Incluso, a diferencia de elecciones pasadas, no hubo cambio de cámara ni tampoco de sección. Algo que se presumía podía llegar a pasar con algunos dirigentes que no querían perder su espacio.

La confirmación del fin de la reelección indefinida también fue tomada como una victoria para el Frente Renovador, principal impulsor de la ley. “Soy uno de los pocos que no pudo reelegir en el Frente de Todos y esto es un gran avance. Lo puedo decir en primera persona”, le dijo a Data Clave el diputado provincial Pablo Garate, quien fue uno de los principales promotores de la iniciativa junto al exintendente de San Fernando, Luis Andreotti.

Está bueno que se genere recambio. De turnos. Que cada uno pueda tener un momento y pueda, también, volver a su tarea habitual en el pago chico para que se cumpla esto de no atornillarse al poder”, agrega Garate. Y explica que “sin dudas, va a tener más impacto en 2023 cuando los intendentes no puedan intentar un tercer mandato consecutivo. Ya se ve como muchos intentaron pasarse a la Legislatura para adaptarse a una nueva situación política”.

El cambio será tan grande que tanto el Frente de Todos como la oposición deberán proponer un nuevo presidente de bloque debido a las salidas de Gervasio Bozzano y de Roberto Costa. Para el oficialismo hará su ingreso la ministra de Gobierno, María Teresa García, desde la primera sección; mientras que Juntos deberá resolver entre varios pretendientes.

Lo cierto es que los jefes comunales no lo ven tan así. Y son muchos los que esperan que el presidente Alberto Fernández cumpla con la promesa que les hizo el año pasado de generar todo el movimiento político necesario para poner fin a la ley.

Y eso también estará en juego en las próximas elecciones. Pese a que no lo digan, la posibilidad concreta que tiene el Frente de Todos de revertir la desventaja que tiene en el Senado bonaerense podría desencadenar en la posibilidad de modificar una ley. Sin embargo, este esquema podría dinamitar la unidad. Y es que desde el Frente Renovador lo ven como una victoria propia y no quieren ceder.

Por otro lado, son varios los intendentes de Juntos que tampoco están de acuerdo con la ley. Y muchos que siguen pregonando la idea de que recién debería aplicarse desde 2027 (en la línea ejecutiva) debido a que no se puede legislar para atrás teniendo en cuenta que la ley fue sancionada con un mandato en curso.

No puede ser que una ley limita el voto popular. Si los intendentes son buenos o malos lo tiene que decir la gente. Los medios se espantan porque un intendente lleva 20 años gobernando una ciudad pero ni siquiera saben cómo vive la gente en esos distritos. La respuesta está en las urnas”, le dijo a este medio un intendente del interior con más de dos mandatos en el lomo.

Pero ante la inseguridad, hubo un grupo de intendentes que tomó la decisión de anticipar la jugada y anotarse para la Legislatura para de esta manera asegurarse seguir siendo parte. Tal es el caso de más de 10 jefes comunales. Entre ellos, el alcalde de Almirante Brown, Mariano Cascallares.