Se anunció con bombos y platillos. Sin embargo, no funcionó. Y a tres años de su instalación, el intendente de Pinamar, Martín Yeza, tomó la decisión de terminar de quitar las bicisendas que, en su momento, le costaron más de 10 millones de pesos a los vecinos de la ciudad costera.

Ahora, el ejecutivo municipal dio a conocer que realizará otra obra, lo que significará otro gasto para la comunidad, para extender la vereda de la avenida Shaw y para mejorar el estacionamiento de los camiones de caudales.

Vale mencionar que una de las principales quejas de los comerciantes con respecto a las ciclovías era que nos les permitía a los vecinos poder parar para realizar sus compras como también el caos en el tránsito que se generaba cada vez que los camiones de caudales frenaban para retirar el dinero de los bancos sin posibilidades de que los autos pudieran adelantarse debido a la ciclovía.

La instalación vino con polémica ya que fue realizada en plena pandemia mientras la oposición acusaba a Yeza de no invertir en salud. Ahora, finalmente el jefe comunal respondió al pedido de los vecinos y en la previa electoral removió las ciclovías que todavía quedaban en Shaw tras retirar dos años atrás las de la calle Constitución.

Se trata de una más de las pésimas decisiones de la peor gestión que tuvo Pinamar en su historia”, le dice a Data Clave, el concejal y precandidato a intendente por el Frente de Todos, Gregorio Estanga. “Hay un usufructo a meses de una elección de algo que la gente nunca quiso y que solo fue utilizada por los funcionarios de Cambiemos para andar en monopatín”, agrega el dirigente.

Yeza intentó llevar adelante el modelo de CABA en Pinamar. Pero se encontró con el rechazo popular y no le quedó otra que recular. Sucede que ahora el jefe comunal ya anunció que no se presentará para un tercer mandato y la puja por la sucesión quedó más abierta.

Pese a que lo anunció hace más de un año y medio, el jefe comunal explicó un mes atrás, a través de un video, sus motivos para no ir por un nuevo mandato. "Creo que la Argentina necesita una nueva cultura del poder, y eso implica: políticos que hagan lo que dicen que van a hacer; que sepan que no son imprescindibles; que hay que saber trabajar en equipo; que hay que fortalecer los partidos políticos; que el sistema democrático necesita alternancia y que si tus ideas son lo suficientemente buenas, también tienen que saber propagarse a lo largo de los años”. Y corroboró: “Por eso tomé la decisión de no volver a presentarme como intendente”.

La pelea hoy se da hacia adentro con cuatro dirigentes del PRO y dos del radicalismo. De parte del partido amarillo los que cuentan con más chances son el secretario de Turismo, Juan Ibarguren, y el jefe de Gabinete, Matías Yeannes.  Ambos con la venia de Yeza para poder llegar a un acuerdo. Es que, hacia adentro, no quieren saber nada con una puja interna y pretenden que todo se resuelva de manera cerrada y a través de un consenso. Claro. No se trata de un camino fácil. Los concejales Javier Pizzolitto y Alejandra Apolonio también se muestra con ganas de dar la pelea. 

De parte del radicalismo, la principal carta hoy es el secretario de Seguridad, Lucas Ventoso; mientras que el edil Fernando Ávila también quiere reposicionarse hacia adentro de la UCR.