El Papa Francisco continúa con una agenda intensa a pesar de la pandemia que azota al planeta. En los últimos días mantuvo un diálogo telefónico con Alberto Fernández y recibió a Michelle Bachelet, comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

El sitio Alfa y Omega anticipó ahora que el Pontífice participará también de la apertura de sesiones de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, el próximo 15 de septiembre. Será a través de un mensaje grabado ante los 193 representantes de los países miembros del organismo internacional. 

Planteará allí dos de los temas que, por lo que cuentan aquellos que tienen acceso cotidiano a Francisco, más le preocupan: la crisis sanitaria y la consecuencia económica. En las últimas horas el Papa habló de estos temas y expresó que "la pandemia ha puesto de relieve lo vulnerables e interconectados que estamos todos"

“El coronavirus no es la única enfermedad que hay que combatir, sino que la pandemia ha sacado a la luz patologías sociales más amplias”, agregó el miércoles, desde la Biblioteca del Palacio Apostólico en el Vaticano, el recinto en el cual se realiza ahora la tradicional audiencia general de cada semana, a partir de las restricciones sanitarias. 

En su discurso ante Naciones Unidas, Bergoglio pedirá que la pandemia sirva para modificar los modelos socioeconómicos que tuvieron lugar hasta este momento. "De una crisis se sale o mejor o peor, depende de nosotros", piensa. Según relata el periodista Lucas Schaerer, ese será el eje central de su mensaje.

En el prólogo del libro "Comunión y esperanza" escrito por el cardenal alemán Walter Kasper y publicado por la Editora Vaticana, el Papa hizo un llamado a la "solidaridad". "Debemos ser sacudidos por la injusticia mundial para poder despertar y escuchar el grito de los pobres y de nuestro planeta tan gravemente enfermo"escribió. 

En ese sentido, Francisco también insistirá ante los países miembros de Naciones Unidas con un pedido que planteó con fuerza desde marzo de este año: condonaciones o reducciones de deudas internacionales. "El sistema financiero no puede seguir siendo una fuente de inestabilidad económica mundial", dijo el 20 de abril pasado.

Después del acuerdo con los acreedores privados, Alberto Fernández llamó a Bergoglio para expresarle su agradecimiento por el apoyo en las negociaciones. La llamada duró cerca de quince minutos, con Fernández desde Olivos y el Pontífice desde Santa Marta. Ademas,  analizaron la situación de la Argentina y la agenda global.