A 20 días del cierre de listas, Juntos por el Cambio naufraga por un mar de dudas. Al menos en la provincia de Buenos Aires, que es donde apuntan todos los cañones. Desde todos los frentes políticos coinciden que el territorio bonaerense será vital en la elección de medio término de este año, que tendrá varias aristas a considerar. 

En primer lugar, será inevitablemente un plebiscito de la gestión para el oficialismo, que a su vez está condicionado por la pandemia. Los próximos meses serán determinantes en lo que tiene que ver con la administración sanitaria para ver finalmente para qué lado se inclina la balanza. En ese sentido, el Frente de Todos no ha mostrado sus cartas, al menos no en público. 

La oposición, en cambio, está lanzada en una interna feroz y en plena vía pública. En especial Juntos por el Cambio, que tras perder en 2019 se vio revolucionado desde sus cimientos, ya sin una figura única que haga las veces de ordenador. A rey muerto, rey puesto, dicen. Pero justamente, nadie tomó la posta que dejó Mauricio Macri en la alianza entre el PRO, la UCR y la CC-ARI.

No obstante, las cartas comenzaron a acomodarse en el mazo esta semana. Tras un sinfín de reuniones, llegaron los primeros gestos oficiales. Luego de amagar por semanas, el neurocientífico Facundo Manes confirmó que aceptó el convite del radicalismo y será precandidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. Es la gran esperanza de la UCR y hasta podría ser el nombre que selle la unidad con el PRO, confiaron fuentes a Data Clave.

Manes es la figurita difícil que pretendía el radicalismo y ya con el refuerzo abrochado, los correligionarios son pura ilusión. Tras años de ostracismo, creen que tienen una posibilidad real de conducir el espacio. Con Martín Lousteau en Ciudad y Referentes de peso en las provincias y a nivel nacional como Alfredo Cornejo y Gerardo Morales, la Unión Cívica Radical vive un despertar, que además contrasta con la fragmentación de sus vecinos amarillos. 

El sábado se realizó la Convención radical y hasta el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, dirigente díscolo y rival en internas del actual conductor bonaerense Maximiliano Abad, cerró adentro. Eso sí, en el oficialismo son prudentes respecto de su accionar de cara a las PASO porque suele ser impredecible. Por lo pronto, hay chances de llegar todos unidos para competir solo contra el PRO, por el control de la alianza.

Horas más tarde, del otro lado de la General Paz, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, ratificó lo que había desmentido el día anterior en una jornada feroz de operaciones políticas: se baja de la pelea en CABA. De esta manera, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se anota otro poroto en la previa a las PASO. Ahora, todo está encaminado para que la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal encabece en Ciudad.

El otro frente de batalla que tiene abierto Larreta es en PBA, donde busca instalar a su mano derecha, Diego Santilli, ante la férrea resistencia del intendente de Vicente López. Si logra su cometido e impone al “Colo”, se habrá quedado con las dos listas más codiciadas. “Es el candidato a Presidente en 2023, se tiene que imponer”, deslizaron desde un municipio PRO del conurbano a este medio.

Al respecto, desde el entorno del alcalde de Vicente López aseguraron a Data Clave que Macri y el mandamás porteño se juntaron dos veces esta semana, el lunes por la mañana durante 90 minutos y el viernes al mediodía 2 horas (ambas reuniones en Palermo). Por ahora, sin llegar a un acuerdo o definiciones. Se vuelven a juntar la semana próxima. “Jorge mantiene su postura de ser candidato y enfrentar a Santilli en una PASO si HRL no desiste de imponer el desembarco del vicejefe de gobierno porteño en la Provincia. De hecho estamos trabajando en la estrategia del armado de las listas distritales”, apuntaron.

La alternativa que manejan desde el sector más combativo del PRO es que sea Manes el unificador. Hay conversaciones fluidas con el radicalismo, principalmente con el presidente de la UCR bonaerense Maximiliano Abad. En este último caso bajarían sus candidaturas Macri y Santilli para encolumnar al PRO detrás de la UCR y conformar una lista de unidad. Por supuesto, Larreta no está en este armado. Y más allá de esta versión, otras fuentes de peso del radicalismo aseguraron a Data Clave que a estas horas, sigue habiendo escenario de PASO.

La otra que desistió de sus aspiraciones de ser la hacedora del consenso fue Elisa Carrió, quien días atrás había anticipado que se correría de la escena si no había lista única. Con Manes lanzado, quedó presa de sus palabras y se bajó. Luego habría que ver qué tan reales eran sus intenciones de jugar, puesto que desde el comienzo era muy difícil cerrar un acuerdo entre la Unión Cívica Radical y el PRO, máxime mientras estos últimos no logran limar sus propias asperezas. 

Mientras tanto, el operativo presión ya comenzó en la provincia. Distintos intendentes del AMBA saludaron el gesto de Bullrich de bajarse, en un claro mensaje a su alfil en en territorio bonaerense, Jorge Macri. Julio Garro (La Plata), Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Néstor Grindetti (Lanús), entre otros intendentes, más legisladores y dirigentes del espacio en general ensalzaron la postura de la exministra de Seguridad. Los alcaldes en especial eran sus socios en el Grupo Dorrego apenas semanas atrás. El avance del larretismo en la provincia lo desplazó al de Vicente López con una velocidad insospechada.

Presiones y marcadas de cancha al margen, el PRO debería poner en la balanza por estas horas la conveniencia real de cerrar una unida a regañadientes con el riesgo de que eso se traduzca en fuga de votos o fuego amigo, o bien, abrir el juego y sumar voluntades en una PASO. Si bien las internas dejan heridos, esta previa al cierre de listas ya viene mal perfilada desde el inicio. La unidad todavía es posible, en especial con un Macri acorralado y casi sin soldados en su trinchera.