Un día después de las elecciones, los intendentes se convirtieron en los alfiles de la parte triunfadora de la frase que tomó trascendencia a la hora de explicar por qué el oficialismo bonaerense celebró lo que para ellos fue una victoria. “Ganar perdiendo”, pasó a ser la expresión más simple, y a la vez más complicada, para comprender cómo el resultado de los comicios decretaron un paso hacia adelante dentro del seno del Frente de Todos.

Es por esto que ni bien se conoció el puntaje final, buena parte de los jefes comunales del FdT se reunieron con el presidente Alberto Fernández y con el gobernador Axel Kicillof para reafirmar el deseo, y la necesidad, de voltear la ley que prohíbe la reelección indefinida. Y es que, según su entender, atenta contra la voluntad del pueblo.

Sin embargo, el camino previo hacia la posibilidad de ser reelegidos más allá de contar con dos mandatos consecutivos empezó antes. Y es por esto que varios intendentes lograron pegar el salto hacia el ejecutivo nacional y al provincial como así también postularse como candidatos para la Legislatura bonaerense, en todos los casos, y más allá de sus propios cometidos, con el fin de no completar los dos años al frente de sus distritos y así dejar abierta la ventana legal para volver a presentarse en 2023.

El intendente de Carlos Casares, Walter Torchio, fue uno de los que tomó la decisión de postularse y, tras reunir los consensos necesarios, quedó al frente de la boleta para senador que el Frente de Todos presentó en la cuarta sección. Pese a no salir primero, el alcalde fue uno de los que más justificó la frase de “ganar perdiendo” ya que su región sumó un representante más para la Cámara alta con respecto a lo proyectado en las PASO y, de esa manera, colaboré de manera clara para obtener la ventaja ajustada con la que contará el oficialismo en el Senado.

Sin embargo, los planes de Torchio podrían verse afectados. Sucede que en las últimas horas, desde la bancada de Juntos no dieron quorum para tratar la licencia del jefe comunal, quien tenía pensado dejar su cargo desde el pasado 26 de noviembre.

“Es una cuestión de mezquindad política. Muchos intendentes tienen las licencias aprobadas. Por un tema de plazos me dejan en una situación incómoda y no están respetando la voluntad de la gente”, manifestó Torchio en diálogo con Data Clave.

Ayer por la tarde el jefe comunal retuiteó una nota de La Nación en la que se explicaba que el intendente de Vicente López, Jorge Macri, ya se encontraba de licencia para poder asumir en CABA, con un título directo: “¿Será que se puede pedir licencia?”.

El mensaje estaba dirigido para la oposición local, claro. Sin embargo, en Carlos Casares, Juntos tiene la firme decisión de forzar la renuncia del jefe comunal y así, no solo atestar un golpe simbólico, sino también dejar a quien será su sucesor, Daniel Stadnik, con menos respaldo.

“Desde que me propuse a encabezar siempre dejé en claro que iba a pedir licencia y nunca tuve una posición contraria al respecto. Me llama la atención que a último momento aparezca esta postura. Se va a tratar en estos días mi solicitud y espero que se actúe con la madurez necesaria”, agregó Torchio en diálogo con este medio.

Y más allá de que la esperanza de alcanzar su cometido, se mantiene, se agotan las chances. “Podríamos llamar a otra sesión extraordinaria si en la sesión que se convocó para hoy no sale, pero durante el fin de semana voy a decidir. Estamos llegando a un cuello de botella”.