El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, aseguró que no está en el barro de la grieta política, mientras que planteó que "no hay problema" si "el Gobierno quiere conversar".

"Si absolutamente, primero él no fue un protagonista principal. Creo en el diálogo entre los poderes. Uno no es importante, lo importante son las instituciones. La Corte en general no va a ir a buscar al Gobierno pero si el Gobierno quiere conversar no hay problema", declaró Rosatti en una entrevista para Diario Clarin, realizada por Daniel Santoro.

En ese marco, el jurista aseguró que las adjetivaciones en su contra "cambiaron en cinco años y medio", en referencia a que fue cuestionado por los últimos dos Gobiernos, que tienen marcadas diferencias políticas.

"Cuando accedí al cargo me decían que era macrista porque me propuso el ex presidente (Mauricio) Macri. Por el fallo de tarifas, luego me definieron como antimacrista. Después Macri en su libro dijo que se había arrepentido de nominarme por fallos que saqué que no eran de su agrado. Luego por fallos que defendían el federalismo me dijeron que integraba la mayoría peronista de la Corte. Hoy dicen que soy antikirchnerista. Ya pegué toda la vuelta, je. En lo personal me tiene sin cuidado", lanzó.

Y luego, agregó: "Uno cuando llega a la Corte sabe que no viene a hacer amigos. Los únicos amigos son los de la escuela primaria. Lo que se dice de mi lo pongo en segundo plano. Primero están las instituciones".

A su vez, respondió a una hipótesis de que tenga que ser el encargado de presidir el Consejo de la Magistratura, en el caso de que no haya un consenso político para la modificación del cuerpo: "Eso es lo que dispone la ley que quedaría vigente. Cuando asumí este cargo no estaba entre mis expectativas iniciales pero si esas son las reglas por supuesto lo puedo hacer". 

"El Consejo viene a acercar esta decisión a la población a través de las organizaciones que representan a los jueces, los abogados, los académicos y también los políticos. Es necesario ahora adaptar su composición al fallo de la Corte. Además, antes de 1994 el sistema disciplinario se regía por el juicio político a través del Congreso y era muy difícil, por ejemplo, hacerle un juicio a un juez federal de las provincias. Era muy complejo y prácticamente no se hacía nunca. Hoy hay un sistema disciplinario para llano más accesible y por eso es importante que funcione con una integración equilibrada", agregó Rosatti.

Por otra parte, sobre las reuniones que tuvieron con el ministro de Justicia, Martín Soria, quien hizo declaraciones vinculadas al "lawfare", planteó: "Nosotros escuchamos al ministro con mucho respeto y atención. Hizo las manifestaciones que hizo y después las hizo públicas. Pero no nos hizo ninguna referencia a ningún expediente en particular porque en ese caso nosotros hubiéramos tenido que invitarlo a que se retirarse inmediatamente. En el 2021, resolvimos 8.300 expedientes que resuelven más de 21 mil causas. En pandemia tuvimos un promedio similar. Estamos al límite de nuestras posibilidades".

"Nosotros necesitamos que lleguen menos causas a la Corte. Para eso cualquier reforma tiene que pensarse en términos de que los fallos de la Corte tengan obligatoriedad. Celebro que la AFIP y el ministerio público fiscal, hace pocas semanas, hayan decidido a partir del fallo “Vidal” de la Corte y que tiene que ver la aplicación de la ley penal más benigna en temas tributarios, dejar de apelar en causas que son similares", sumó.

A su vez, sobre la propuesta pública de Alberto Fernández de que se de una reforma judicial, expresó: "Nosotros nunca llamamos ni convocamos al gobierno. Sí cuando somos convocados institucionalmente. Es probable que no seamos los que más sabemos sobre este tema. Es probable que los académicos sepan más. Pero sí nos parece que podemos aportar y mucho sobre el particular. Pero algunas ideas que uno lee o escucha son contradictoras. Por ejemplo, se dice que para que la Corte funcione más rápido –no sé cómo se puede lograr más de 18 mil causas por año en promedio- hay que ampliar la cantidad de miembros. Yo no opino que haya que ampliar o no, dijo que si se amplía la cantidad de miembros va a funcionar más despacio. Eso es inexorablemente así porque la cantidad de ministros es inversamente proporcional a la velocidad".

Por último, insistió sobre el peso de injerencia que está teniendo la Corte: "Para mí lo que hay que trabajar y mucho es sobre las causas que ingresan. No se debe tomar a la Corte como una instancia ordinaria más de revisión, como se toma normalmente en la Argentina. Pese a que el modelo fue tomado de Estados Unidos, allí los fallos que llegan a la Corte son muchísimos menos que acá. La Corte debe ser un tribunal de garantías constitucionales. Esto hay que hablarlo con los colegios de abogados. No se puede decir a partir del año que viene vamos a resolver cien causas en vez de quince mil. Hay que explicarlo muy bien y generar tribunales que hagan más plenarios, casaciones uniformes para que los temas no lleguen a la Corte. Hay que hacer obligatorio que los fallos de la Corte sean acata".