El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, le exigió nuevamente al sistema político que avance la discusión sobre el control de armas para "proteger la vida de nuestra gente", en el marco de la última matanza de 19 niños y dos maestras en un tiroteo que se dio en una escuela de Texas.

El primer mandatario volvió a pedirle a los políticos de su país no "quedarse al margen" de esta discusión que se agravó por los últimos hechos vividos semanas anteriores. Además del tiroteo en Texas, hubo otro joven racista de 18 años que entró a los tiros a un supermercado de Buffalo y asesinó a más de 10 personas por ser de raza negra.

"No podemos prohibir la tragedia, lo sé, pero podemos hacer que Estados Unidos sea más seguro. Podemos hacer lo que tenemos que hacer para proteger la vida de nuestra gente y de nuestros hijos", dijo Biden durante un acto con graduados de la Universidad de Delaware.

El líder demócrata lleva más de un año instando al Congreso a impulsar una legislación que prohíba las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad y mejore el deficiente sistema de verificación de antecedentes para los compradores.

Tweet de President Biden

"No es el momento de quedarse al margen. No es una hipérbole. Lo creo desde el fondo de mi corazón", insistió el mandatario, quien se recibió en esa misma institución en la década de 1960. Pero la oposición rechaza estas restricciones y las bloquea en el Senado, donde la limitada mayoría oficialista es insuficiente para sacarlas adelante.

"En estos momentos, mientras hablo, hay padres preparando el entierro de sus hijos", lamentó el jefe de Estado y agregó: "Hay demasiada violencia, demasiado miedo, demasiado dolor".

La vicepresidenta norteamericana, Kamala Harris, asistió este sábado al funeral de una de las víctimas de Buffalo y también brindó un discurso, enmarcado en el rechazo a la discrminación y el racismo. "Hay una línea directa entre lo que sucedió aquí en Buffalo, en Texas, en Atlanta, en Orlando y lo que sucedió en las sinagogas", dijo Harris, quien consideró que Estados Unidos atraviesa una "epidemia de odio".

Invitada a hablar y romper el protocolo por el reverendo y referente del movimiento de derechos civiles Al Sharpton, la vicepresidenta exhortó a los estadounidenses a unirse y no permitir que aquellos "motivados por el odio" los separen o hagan sentir miedo.

"Este es un momento que requiere que todas las personas buenas, todas las personas que aman a Dios, se pongan de pie y digan: 'No toleraremos esto. Ya es suficiente'", sentenció, según reportó la cadena CNN.