Jorge Carrasco es un auténtico peronista del partido de La Matanza, el municipio más importante de la Provincia de Buenos Aires y que muchas veces define el curso de una elección. Tiene 35 años, milita en el espacio 'Renacer Justicialista' y en 2021 asumió como concejal por el Frente de Todos, siendo el más joven del Honorable Concejo Deliberante de su partido.

De tradición peronista y laborista, Jorge, casi abogado y estudiante de ciencia política en curso, dedicó su vida a la vida pública y a las necesidades de su municipio. También tuvo funciones públicas previas que le sirvieron para poder consolidarse como un actual concejal y vicepresidente de la Comisión de Interpretación y Reglamento.

Su espacio, 'Renacer Justicialista', existe desde 1984, fue creado por Atilio Orsingher y actualmente lo conduce Carlos, su hijo. Es un espacio doctrinario que está aglutinado en el peronismo matancero que levanta las banderas históricas del peronismo.

En ese marco, Data Clave fue al despacho de Jorge Carrasco, ubicado en Avenida Illia al 2470, y dialogó en exclusiva con el concejal para conocer su historia, pensamiento y posicionamiento político en un momento bastante delicado para el Frente de Todos.

"El peronismo tiene la particularidad de ser un espacio extremadamente amplio y con enorme cantidad de matices en términos de modos y procedimientos. Pero lo inamovible son los objetivos finales y es la razón por la que estamos acá, hacemos la "V" y cantamos la Marcha", manifestó.

Data Clave: ¿Cómo fueron sus inicios en La Política?

Jorge Carrasco: Hay un origen familiar, que es de mi prehistoria. Se trata del rol político que tuvieron mis abuelos. Del lado materno, militaban y eran parte del Partido Laborista de Neuquén. Mi costado paterno era más porteño, pero mi abuelo fue escribano general de la Provincia de Buenos Aires, en 1907. Me acuerdo la fecha porque hace unos años mi papá me regaló el documento de asignación de mi abuelo cuando tomó ese cargo. Por eso hay una construcción política como fondo. Mis viejos son extremadamente peronistas y en casa siempre existió la charla, la sobremesa y el debate. La militancia en mí estuvo siempre, y se da la particularidad que en La Matanza no hay un barrio donde no haya una unidad básica. Después aparece la escuela y la universidad. Mi segundo gran mojón fue esta última, yo ingresé en 2005 a estudiar abogacía en la UNLaM y era inevitable no hablar, no discutir y no involucrarse en la militancia estudiantil. Eso me llevó a militar en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y luego participamos de discusiones dentro de la FUA (Federación Universitaria Argentina), aunque el ingreso es un ámbito muy difícil para los peronistas (se ríe). Actualmente estoy estudiando ciencia política, pero más allá de lo universitario, siempre estuve ligado al trabajo territorial a través de Renacer Justicialista, que se fue reforzando a través de los años con la Comunidad Organizada. Siento que estoy siendo sintético igual, porque fue todo cuesta arriba y existieron muchos otros factores que contribuyeron a mi formación.

DC: ¿Y cuál fue el click político para seguir por el camino de peronismo?

JC: A mí la primera cosa que me movió fue la injusticia social, encontrarte de frente y sentir lo que es el dolor ajeno. Tené en cuenta que yo egreso de la primaria e ingreso a la secundaria en pleno 2001, crisis fenomenal de la Argentina. En ese momento era inevitable no detectar el sufrimiento de los demás. Yo decía: "Algo hay que hacer". La segunda cosa tiene que ver con una cuestión de pasión por la cosa pública, por el debatir en dónde estamos y hacia dónde vamos, creo que incluso es hasta ideológico. Hoy a nivel nacional muchos miran a la política desde la puerta de su casa hacia adentro, vinculado al patrimonio, mi libertad individual y mi propiedad; estamos los otros que miramos desde adentro hacia afuera, revalorizando la cosa pública, la comunidad, la plaza, el bien común... el peronismo no está tan lejos de la comunidad organizada que pensaban los griegos y del tener que discutir la cosa pública fuera de las cuatro paredes de tu casa.

DC: ¿Cuántos años militó hasta poder tener responsabilidad de gestión?

JC: Fueron muchos años... te mentiría con una cifra. Mi primera responsabilidad fue ser director de Gestión Administrativa de la Secretaría de Juventud del Municipio de La Matanza. Fue una tarea gigantesca y ahí hay que reconocerle visión a Fernando Espinoza, porque fue la primera que se creó a nivel nacional y que tiene que ver con esta perspectiva del trasvasamiento generacional, como le solemos decir los peronistas. Y como fue municipal, lo que hizo fue materializar el deseo de pibes y pibas que no encontraban un espacio para canalizar sus necesidades. Previamente trabajé en el Honorable Consejo Deliberante y fui haciendo mi experiencia hasta llegar a este lugar. El peronismo luego me terminó reconociendo como concejal, algo que para mí conlleva una enorme responsabilidad. En lo particular, está el destino de 2,5 millones de matanceros que exigen respuestas y soluciones.

Jorge Carrasco

DC: ¿Sintió que el cargo lo "aburguesó" en algún momento? ¿Sigue habiendo lugar para el territorio?

JC: Se hace más difícil la tarea, pero el día que quitemos los pies de barro, nos tenemos que dedicar a otra cosa. Todos los compartimentos del Estado tienen algo de eso y quizás es normal que a las afueras puedan pensar esta idea del "aburguesamiento" que me planteas, entiendo el término. En mi caso, creo que es indispensable sostener la territorialidad. El Estado se nutre de ese espacio. No niego que es difícil, porque además de que soy concejal, soy vicepresidente de la comisión de Interpretación y Reglamento, que lleva mucho trabajo y es un desafío importante. No hay una semana en la que los vecinos o compañeros del territorio no me vean, me obligo a hacerlo. Te pongo un ejemplo: durante la pandemia, los gobiernos locales salimos a bancar la situación de muchos vecinos que no podían salir a trabajar y que no tenían un trabajo formal para recibir un salario. El municipio armó todo un dispositivo de contención con la creación de comedores en escuelas públicas. Esa población a la que nosotros intervenimos, son permanentes, porque "terminada" la pandemia, todo siguió igual. Y los que me conocieron antes de ser concejal, son mis vecinos y son los mismos que me ven cuando llego al barrio.

DC: ¿Cómo es la gestión del municipio en un momento tan delicado en términos económicos para toda la población? ¿Incide la interna del Frente de Todos?

JC: Mirá (se acomoda en la silla y piensa por unos segundos)... creo que es una respuesta compleja. Me parece que tenemos dos caminos analíticos. Por un lado, sería irresponsable de mi parte hablar sobre lo que ocurre en el pulso macro, porque en nuestro caso nos toca ver más de cerca lo que es la realidad barrial. Matanza tiene la particularidad de que es un municipio muy significativo, representamos el 30% de la población bonaerense. Ahora, lo cierto es que hoy, dentro de un contexto muy difícil económicamente hablando, los municipios están ocupando un rol central por dos cuestiones: primero porque son los que diseñaron un dispositivo de contención, y por otro lado creo que estamos en un contexto político muy difícil. Esto último no tiene que ver con el discurso hegemónico que plantean algunos medios sobre que los disensos dentro del Frente de Todos generan una crisis. Me parece que las diferencias estuvieron desde el primer día que se creó la coalición. Pero como diría el General Perón: "Los hay ortodoxos, los hay heterodoxos, lo importante es que somos todos peronistas".

DC: ¿Pero le hace bien al peronismo discutir de esta forma, tan a cielo abierto?

JC: Las discusiones son para encarar un rumbo que es muy delicado, porque el contexto internacional y la pandemia global puso al mundo patas para arriba y cambió las reglas de juego. Vemos también una guerra en Oriente que cambia los mecanismos de lo que antes era un mundo globalizado y plenamente conectado. Hoy un conflicto de commodities en Europa afecta proporcionalmente al dólar y por tal impacta en Argentina. Hay una estructura tan particular de este capitalismo, en el que a nuestro país se le hace muy difícil timonear el barco, sin mencionar que tenemos una deuda de U$S 45 mil millones. Necesitamos mucha habilidad y mucha muñeca para tomar decisiones que no afecten a los argentinos. Por eso los municipios son centrales, a pesar de que no tenemos los recursos económicos que quisiéramos. Estamos en un marco de situación en el que las estructuras de los Estados se están reconfigurando y a nosotros, como movimiento histórico peronista, nos toca hacernos cargo de los momentos más difíciles. Y lo hacemos con la convicción de que esto debe resolverse. Es muy fácil tribunear diciendo "No al acuerdo con el FMI", pero no te explican qué pasa después. ¿Estamos en condiciones de ponerle pecho a un default? En términos pragmáticos es difícil de comprar ese discurso. Hay mucha preocupación por el cómo comunico, pero no se dice qué se comunica, y ese es el debate de fondo.

Jorge Carrasco, en un acto junto a Fernando Espinoza, intendente de La Matanza
Jorge Carrasco, en un acto junto a Fernando Espinoza, intendente de La Matanza

DC: ¿No sería sano para La Matanza dividirse en varios municipios?

JC: Fue un debate que se dio durante el período del macrismo, donde intentaron dividir a La Matanza en varios municipios. Matanza tiene una idiosincrasia que le es propia en sus 17 ciudades, hay una cuestión identitaria de nuestro distrito que torna realmente muy doloroso pensar en dividirlo. Después, por otro lado, yo creo que las últimas gestiones comenzaron un proceso de rediseño del distrito, de hecho hay municipios descentralizados y el municipio está conectado por rutas y calles, que permitió que La Matanza tenga otra morfología. Si vos me preguntas a mí, la respuesta es que no pasa por una cuestión de seguir dividiendo, sino que tiene que ver con una cuestión de la administración y de lograr fortalecer a los municipios para obtener los recursos, que siempre faltan. Esto no es algo nuevo, en la materia Economía I de la facultad se sabe que hay ilimitadas necesidades con escasos recursos, y esto es lo mismo. El tema es cuál es la postura política. A grandes cuentas, todo se divide en dos modelos, los que pensamos en un país inclusivo y de desarrollo y en los que creen que la solución son los fortalecimientos corporativos y la mano invisible del mercado.

DC: ¿Cuál es tu visión de la interna del Frente de Todos?

JC: Cuando al ojo ajeno parece que los peronistas nos estamos peleando, en realidad nos estamos reproduciendo. El peronismo tiene la particularidad de ser un espacio extremadamente amplio y con enorme cantidad de matices en términos de modos y procedimientos. Pero lo inamovible son los objetivos finales y es la razón por la que estamos acá, hacemos la "V" y cantamos la Marcha. Ahí la cantamos todos juntos y no nos diferenciamos de las tres banderas: soberanía política, independencia económica y justicia social. En esa gran avenida del peronismo, claramente podemos encontrar diferencias, muchas veces acaloradas. Pero yo no lo miro en términos de crisis. Son internas, pero son internas entre comillas, porque siempre son sanas, por algo se crearon las PASO, que son de un Gobierno peronista. Hoy las usa más Juntos por el Cambio, porque ellos tienen esa dinámica propia de la utilización de los recursos. Hay una planificación muy de oportunidades empresariales y que, por lo menos, hay que reconocércelos. Nosotros venimos de otro tranco, tenemos otros principios y perseguimos otras ideas. Estamos en un momento de construcción y todos estamos abiertos al debate. Frente a esa tarea, se produce esta caja de resonancia donde los medios interpretan a un peronismo que se está rompiendo. Yo no lo siento así, creo que estamos yendo a un camino de reconstrucción.

DC: ¿Y qué le genera la figura de Máximo Kirchner?

JC: Máximo es una figura central dentro del proyecto, está más que claro. Es un compañero que claramente hace aportes a este debate y que son muy significativos. El disenso me parece sano para la política y es importante que haya lugar para esto. El peronismo vive promoviendo la construcción del lugar de debates. Al igual que él, tenemos muchos otros hombres y mujeres que asumieron posturas y que van a robustecer la discusión. Bienvenido sea que tengamos compañeros con estas características.

DC: ¿Hay oportunistas en el Frente de Todos que tienen poco que ver con el peronismo? Eso es un poco lo que marca el kirchnerismo, o que al menos deja entrever... Siendo más puntual, ¿coincide en la idea de Máximo de que se están amontonando dirigentes por amontonar?

JC: Es muy difícil determinarlo. El andar cotidiano genera anticuerpos frente a la aparición de estos personajes. Me parece que el peronismo no amontona, todo lo contrario, todos los referentes del campo popular, sean peronistas o no, forman parte de un gran proyecto de Nación y que discuten en la gran discusión de los dos modelos de país que planteé anteriormente. Somos un cuerpo político organizado y con dinámica. Mirá, te doy un dato: si observamos la cantidad de dinero argentino blanco en cuentas bancarias, estamos hablando de U$S 400 mil millones. Esto también es un contexto en el que al peronismo le toca gobernar. Si miramos el informe de Banco Mundial, tenemos que diez personas, varones, porque no hay mujeres, tienen el 67% de las riquezas del planeta tierra. La CEPAL dice que América Latina sigue siendo la más desigual del planeta, con una clase media muy pulverizada. Y parte de estos arrastres tienen que ver con lo que nos dejó la dictadura militar. Esa morfología modifica por completo las matrices productivas, económicas, políticas y culturales. Todo eso hace que el peronismo post-Perón fuese un peronismo muy complejo. Y la situación de hoy no es muy distinta a esos momentos. Si nosotros nos unimos en un cuerpo político homogéneo, sin distancias ni diferencias, sería una mentira. Que exista el debate acalorado, es símbolo de que el peronismo goza de buena salud.

DC: ¿Hay una fuga de jóvenes de peronismo hacia otras corrientes políticas? ¿Cómo ve a la juventud en esta crisis tan particular?

JC: Yo creo que hay dos cosas, que además es un tema super interesante, porque a mí me interesa mucho el rol de los jóvenes en la política. Lo cierto es que nos quedó muy lejos el Mayo Francés. En lo histórico y conceptual, estamos en un momento en el que las sociedades del planeta están siendo adjetivizadas como pos modernas. Y en este cambio de estructuras, los jóvenes de hoy empezamos a interactuar con nuestro entorno a través de filtros, como el caso de la tecnología y el exceso de información, que muchas veces desinforma. Byung-Chul Han, un autor no peronista que me gusta mucho (se ríe), escribió un libro muy interesante que se llama "La sociedad del cansancio". En un pasaje, habla de cómo el sistema capitalista y el neoliberalismo generaron mecanismos en los que el sujeto tiende a deprimirse frente a la incapacidad de acceder al "éxito". Tuvimos post 70 un proceso cultural en el que el mercado, el capitalismo y el consumismo hizo que nuestros jóvenes se modificaran. Hoy tienen otras costumbres y objetivos, por eso se manifiestan como alejados la cosa y sin ningún tipo de pertenencia. Eso nos pasó en el 2001 con el "que se vayan todos". Hoy no pasa eso, creo que sociedad nos piden correr todo el tiempo y que seamos eficientes en nuestro trabajo. La segunda línea es cómo los partidos políticos juegan un rol en la construcción de esas oportunidades que los jóvenes están necesitando ver materializadas. El peronismo tiene estas particularidades, porque es un partido donde todo implica un permanente desarrollo, no nos sentamos atrás de slogans sin demasiada explicación de lo que hacemos. Y ojo, con esto no les quiero quitar méritos a los compañeros libertarios, a los socialistas, comunistas o troskos, cada uno sabe lo que tiene que hacer. Ahora, en las fronteras adentro del peronismo, hay una decisión política de que los jóvenes formemos parte de la transformación social. A nivel nacional no se verá mucho, pero en los municipios estamos. ¿Hay jóvenes desesperanzados? Sí en términos de expectativas, pero que tiene que ver con el mundo en el que vivimos.

DC: ¿Es muy difícil hablar de 2023? ¿Qué espera del peronismo y del Frente de Todos para el futuro?

JC: La primera palabra que se me viene es unidad, creo que es lo que más necesitamos. No una unidad ficticia, sino una que nos permita tener una base de acción. Tenemos que ser un cuerpo político de características monolíticas y fortalecido desde el disenso. Debemos ser capaces de construir un modelo a corto, mediano y largo plazo. Y parafraseando un poco a Verónica Magario, nuestra vicegobernadora y presidenta del Partido Justicialista de La Matanza, el peronismo debe ser la columna vertebral del Frente de Todos, que eso es un concepto en sí mismo. Es un factor indispensable esto para analizar el 2023. Si me preguntas a mí, el 2023 nos tiene que encontrar unidos, fortalecidos y con mucho oído. Tenemos que generar la capacidad de escucharnos y entender que las posturas políticas no son en términos personales, sino que tienen que ver con la reproducción. Todos los referentes locales y nacionales debemos ser grandes multiplicadores de ideas. Y por último, lo que debo decir es que nos corresponde ser férreos defensores de la primera verdad peronista: "La verdadera democracia es aquella donde el Gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo".