Juan Martín tiene 36 años y es diputado nacional por la Unión Cívica Radical en representación de la provincia de Santa Fe. Es uno de los jóvenes políticos que forma parte de una interesante renovación que se está dando en uno de los partidos políticos más tradicionales de la Argentina.

A contramano de otros compañeros de espacio, considera que el PRO y el radicalismo no tienen diferencias sustanciales y que la coalición Juntos por el Cambio, a grandes rasgos, representa los mismos intereses.

Cuestionó que el radicalismo no haya tenido tanto protagonismo durante la gestión 2015-2019, pero también señaló que fue el propio partido el que trabajó para que Mauricio Macri fuera elegido presidente. Y agrega que esa gestión, en el largo plazo, iba por el camino correcto.

En diálogo con Data Clave, habló de lo que será un año electoral muy intenso y lanzó una advertencia para los dirigentes que intenten ir a las urnas por fuera del espacio: “El que tenga una definición de escindir el espacio porque tiene alguna apetencia personal, tendrá que dar explicaciones de cara a la gente”.

Tweet de Juan Martín

Data Clave: ¿Qué se siente ser uno de los diputados más jóvenes del Congreso?

Juan Martín: Si no me equivoco, en 2019 éramos 11 los famosos diputados sub-35. En la Cámara teníamos un grupo de whatsapp donde trabajábamos diversos temas parlamentarios. Yo pensé que iba a ser más excepcional esta cuestión de la juventud en la Cámara, pero no fue así y bienvenido sea. La juventud parlamentaria viene siendo transversal a los partidos políticos, tanto en el Frente de Todos como en Juntos por el Cambio y los partidos provinciales.

DC: ¿Siempre militaste en el radicalismo?

JM: Siempre en el radicalismo. Mi padre fue concejal en Santa Fe con la vuelta de la democracia en el 83 y había mucha reunión de comité en ese entonces. Como las reuniones eran periódicas y había mucha discusión, a nosotros los más chicos nos tocaba jugar en los rincones del comité mientras los grandes se dedicaban a la política. Siempre me interesó la política, más allá de la discusión partidaria. Ni bien entré a la universidad, incluso antes, fui a un seminario regional de la Franja Morada y empezamos a participar ahí. Después pasé a la Juventud Radical y la militancia la ejercimos desde la gestión. Fui parte del gabinete de Javier Corral, fui secretario de Comunicación y Relaciones Institucionales. A fines de 2015, cuando asume Cambiemos, también fui secretario administrativo del radicalismo.

DC: Repasaba tu carrera y vi que estuviste seis meses en España. ¿Cómo fue la experiencia de un santafesino probando suerte en Europa? ¿Qué le podes decir a los jóvenes que hoy piensan en probar suerte en el extranjero?

JM: En el 2009 gané una beca cuando estaba en la universidad y realicé una parte de la carrera de abogacía en la Universidad Autónoma de Madrid, fueron aproximadamente cuatro materias. Me sirvió para complementar mis estudios. Fueron meses extraordinarios y me pareció una experiencia muy provechosa. Me sirvió para abrir la cabeza, escuchar nuevas realidades y compartir la agenda con personas que tienen una coyuntura muy distinta a la nuestra. Es una experiencia que se la recomiendo a todo el mundo. Incluso tuve la chance de quedarme para seguir la carrera académica y trabajar en investigación. Yo estaba muy ocupado en los temas vinculados a los Derechos Humanos y la consolidación de los derechos de segunda generación. Pero sentí que el desafío era volver a la Argentina y tratar de hacer muchas cosas que todavía tenemos pendientes. Dicho esto, uno puede decir que la movilidad internacional es un tema que llegó para quedarse, independientemente de la cuestión económica. Es parte de una integración mucho más sólida que garantiza mayor libertad para que cada uno proyecte su vida donde quiera. En Argentina muchas veces no se da por una elección, sino porque lamentablemente muchos jóvenes sienten que no pueden profundizar su vocación y su desarrollo profesional.

DC: ¿Cómo se está acomodando el radicalismo para este 2023 donde hay elecciones? Se habla mucho de un radicalismo que quiere ser competitivo y no cometer el error de 2015 de entregar la conducción nacional al PRO y limitarse a tener un acuerdo parlamentario. ¿Es así?

JM: Es cierto que hubo un retroceso por parte del partido en cuanto a su vocación de representación, pero también en el mundo ya no existe la lógica de partido tradicional. No hay bipartidismos, sino coaliciones. Alcanza con ver las experiencias en Uruguay y Chile. Lo mismo ahora Brasil. Cambiemos generó una novedad con todo eso, aún con los problemas. La UCR mostró ser un partido con vocación de poder; quizás no representó a nivel nacional, pero la relación con los vecinos y la mayoría de las gestiones municipales fueron autoría de nuestro partido. Hoy Juntos por el Cambio representa los principios centrales del radicalismo: el respeto a la institucionalidad, la convivencia democrática, el orden y la paz. También compartimos el hecho de apostar por los que quieren trabajar y producir y apostar a la educación como una herramienta igualadora de oportunidades. De lo que pasó en 2015-2019 tenemos mucho para aprender, y lo digo también desde el radicalismo. (Mauricio) Macri fue un presidente que impulsamos nosotros para que gane y, aún con sus defectos, en el trazo grueso podemos decir que iba por el camino correcto.

Mauricio Macri, uno de los referentes del PRO y Gerardo Morales, la cara visible del radicalismo y presidente del Comité Nacional
Mauricio Macri, uno de los referentes del PRO y Gerardo Morales, la cara visible del radicalismo y presidente del Comité Nacional

DC: ¿Cuáles son las principales diferencias entre el PRO y la Unión Cívica Radical? ¿Sigue tan firme la unidad de Juntos por el Cambio?

JM: No logro reconocer diferencias sustanciales. Este tiempo nos ayudó a unificar opiniones, conocernos e intercambiar ideas. Hemos hecho esfuerzos extraordinarios por lograr posiciones comunes en el Congreso. Que tenemos matices es cierto, pero muchas veces esa lógica es transversal a todos los partidos políticos. Quizás sí podamos tener diferencias en las prioridades de gestión de Gobierno y de modelos. Nosotros sentimos que la educación tiene que tener una prioridad y tenemos cuadros que han trabajado con formación en el tema. La gente nos pide que hagamos esfuerzos por dirimir nuestras diferencias hacia adentro y cuidando la unidad. Para eso existen las PASO. El que tenga una definición de escindir el espacio porque tiene alguna apetencia personal tendrá que dar explicaciones de cara a la gente. En Santa Fe hemos tenido una competencia sana y hubo cuatro propuestas. Al día siguiente hubo un ganador y trabajamos sobre la propuesta ganadora. Ese debe ser el espíritu. El que quiera ser funcional a otra cosa tendrá que dar explicaciones en la mesa nacional.

DC: ¿Cómo es la relación del radicalismo con el Frente de Todos? En el Congreso se vio una curiosa sinergia a la hora de hablar del Presupuesto, por ejemplo. ¿Tienen mayor empatía con la gestión económica de Sergio Massa respecto a lo que fue Martín Guzmán?

JM: No se ve una mejoría, no la vemos nosotros y tampoco la gente. Lo único que vemos es improvisación, poner parches y hacer lo posible para llegar a la elección. No hay un cambio de matriz que hable de un plan económico y un horizonte claro. Lo que sí creíamos en la discusión presupuestaria es que el oficialismo tiene que tener una atribución para que pueda expresar su plan de Gobierno y que quede claro que la responsabilidad es de ellos. Siempre tuvimos responsabilidad política, pero dejamos claro que este modelo de gestión no nos representa.

DC: Y cerrando, ¿cómo está el radicalismo en Santa Fe? 

JM: El radicalismo está con mucho entusiasmo y con un desafío de conformar una propuesta política que le pueda dar una alternativa al gobierno de (Omar) Perotti en la provincia. Lamentablemente quedó a mitad de camino la gestión, porque fue un gobierno vacío de contenido y sin respuestas. Ya pasaron tres ministros de Seguridad y se ve falta de volumen político. Estamos trabajando en construir esa alternativa con una decisión institucional de construir ese proceso con otros partidos políticos, porque también queremos fortalecer Juntos por el Cambio. Creemos que el que está llevando adelante la mejor tarea de preparación de equipos técnicos y referencia pública es Maximiliano Pullaro, que es diputado provincial de la UCR y líder del bloque. Pero no es la única referencia, hay otros hombres y mujeres del partido que tienen vocación, han crecido mucho y tienen vocación de liderar. Serán las PASO las que terminen de dirimir esas diferencias.

DC: ¿La ecuación del radicalismo para este año es Gerardo Morales en Nación, Facundo Manes en provincia de Buenos Aires y Martín Lousteau en Ciudad?

JM: Lo tendremos que dirimir en las PASO. Hay varios referentes en la UCR que quieren liderar un proceso nacional. También está Alfredo Cornejo, que fue presidente de nuestro partido y mostró una gran gestión en Mendoza. También lo tenemos a Gustavo Valdés en Corrientes. El radicalismo tiene una expresión política plural de muchos dirigentes valiosos que tenemos que potenciar. Martín es un capital muy interesante que tiene el partido en mediano y largo plazo. Y tiene un desafío muy grande, porque es la posibilidad efectiva para que el radicalismo tenga competitividad. Depende de recuperar ese arraigo territorial y ese proyecto político que sale del Área Metropolitana de Buenos Aires. Y es un bastión en donde tenemos mucho para aportar. Ojalá que las elecciones lo encuentren creciendo, tiene un rol muy importante en lo que viene.