El gobernador Axel Kicillof tiene la posibilidad de nombrar a tres jueces en la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires, pero por ahora no tiene ninguna intención de avanzar en ese sentido.

Esta semana, presentó su renuncia al cargo Eduardo Pettigiani con fecha del 31 de agosto. Es decir, que a partir de septiembre el máximo tribunal de la Justicia bonaerense tendrá solo cuatro de los siete ministros que lo integran

La renuncia de Pettigiani se dio a conocer a través de la fotografía que registró la reunión que mantuvo con el gobernador y su ministro de Justicia, Julio Alak, para avisarle de su dimisión.

La salida de Pettigiani se suma a las vacantes que se produjeron por los fallecimientos de Eduardo de Lázzari (en abril de este año) y de Héctor Negri (en enero de 2020), quien integraba la Suprema Corte desde 1983.

Pettigiani había llegado a la Suprema Corte durante el gobierno de Eduardo Duhalde, tras haber sido juez federal en Mar del Plata y haberse desempeñado como secretario de Seguridad.

De esta forma, la Corte provincial sólo quedará integrada por Luis Genoud, Hilda Kogan, Sergio Torres y Daniel Soria. Torres fue el último en llegar a la Corte durante el gobierno de María Eugenia Vidal, luego de ser juez federal en los tribunales de Comodoro Py.

Al quedar sólo cuatro ministros, se puede dar la posibilidad de que la Suprema Corte deba recurrir a partir de ahora convocar a conjueces en los fallos en los que no se llegue a una mayoría, es decir, que haya dos votos por lado.

Ese panorama le da la posibilidad al gobierno provincial de buscar los tres candidatos y formar una Suprema Corte de su agrado. Pero se trata de una quimera. Algo imposible por una cuestión numérica.

Los jueces deben tener el acuerdo del Senado provincial y allí la mayoría la tiene la oposición. Son 46 senadores opositores contra 40 del oficialismo. Por eso, para lograr los nombramientos hay que sentarse a negociar.

“No es un tema que se esté debatiendo o trabajando en este momento en el Gobierno de la provincia de Buenos Aires”, asegura a Data Clave una fuente muy cercana a Kicillof. Y confirma que no se trata de una prioridad.

“Hasta después de las elecciones, nada”, asegura. Y cuando se le pregunta por eventuales candidatos o candidatas, lanza una carcajada. Aunque algunos nombres hayan comenzado a circular en los medios.

Y es que la eventual negociación con la oposición no se circunscribe sólo al terreno judicial. Por ejemplo, también se deben discutir los nombramiento de cinco directores en el Banco Provincia, tras la salida de Juliana Di Tullio al Senado nacional.

Y finalmente hay un nombre que es materia de discusión. Julio Conte Grand, designado por Vidal como jefe de todos los fiscales bonaerenses, que cuenta con el respaldo obvio de la oposición, mientras que el gobierno espera que resigne su cargo, que podría conservar hasta su jubilación.

Desde muchos sectores se señala a Conte Grand como el hombre que llevó adelante los mismos mecanismos de la mesa judicial macrista en el ámbito nacional en el terreno de la provincia de Buenos Aires, para perseguir a dirigentes opositores y doblegar a funcionarios no adictos. 

Fue el responsable por ejemplo, de la suspensión del fiscal general de Lomas de Zamora, Enrique Ferrari, a quien acusó de mal desempeño por una interna con uno de sus subordinados, Sebastián Scalera.

El mes último, la Asociación Judicial Bonaerense (AJB) presentó un pedido de Jury contra Scalera y otros dos fiscales (Pablo Rossi y Sebastián Biquert)  a los que acusó de persecución a funcionarios judiciales en especial al juez de Garantías Gabriel Vitale.

Según la denuncia de  la AJB -que se suma a otros pedidos de jury impulsados por la Comisión Provincial de la Memoria y AJUS-, los fiscales Scalera, Rossi y Bisquert realizaron investigaciones arbitrarias sin control judicial y operaciones de inteligencia ilegal al interior del departamento judicial de Lomas de Zamora. Scalera siempre tuvo el abierto respaldo de Conte Grand.